(El post de esta semana está dedicado expresamente a Álvaro Quirós)
No me gusta empezar mi post con malas noticias, pero no me va a quedar más remedio. Al principio pensé que sería algo pasajero, intenté ignorarlo y dejarlo pasar, pero tengo que admitirlo: la cesta, la famosa cesta, nos está dando problemas. Tantos, que no sé si voy a tener que devolverla. Esta semana como estaba mi madre por aquí he tenido que usar la bici de Gon, y lo que al principio parecía un ruidito intermitente y suave, ha acabado convirtiéndose en una pesadilla en toda regla. No sé si estará oxidada o qué, pero cada tres o cuatro pedaleos emite un sonido bastante molesto. Creo que voy a optar por la cesta de las de toda la vida, de mimbre, que además también te sirve luego para hacer la compra, así que tan pronto me haga con ella pondré una foto en Twitter, a ver si consideráis que hemos ganado con el cambio.
Antes de nada quiero disculparme de antemano por si mi entrada de esta semana no resulta demasiado amena, pero estoy bastante resfriada y la inspiración brilla por su ausencia. Y sí, estoy resfriada porque en Miami hace frío. Frío en toda regla, lo admito. Puede que no sea frío polar, vale, pero en el aspecto meteorológico me estoy sintiendo un poco estafada. He tenido que invertir en unos cuantos jerseys, y mando a mi pobre madre de vuelta a Madrid con una gripe de caballo, porque fui demasiado optimista a la hora de aconsejarle la ropa para su maleta de dos semanas.
Mañana vuelta a la realidad, mi madre se marcha tras dos semanas en las que lo hemos pasado fenomenal, y me quedo sola de nuevo, ya que aunque Gon ha fallado el corte en el Farmers Insurance, aún le queda otra semana en Phoenix, y no le da tiempo a volver a vernos. Puede que el año no haya empezado de la mejor manera posible, pero lo importante no es cómo se empieza, sino cómo se acaba. Para mí, la prueba más clara de ello fue el año 2011, el año de la lesión de espalda de Gonzalo. Un año complicado y difícil, como podréis imaginar. Nadie encontraba el origen del dolor, y además los diagnósticos eran dispares, le aconsejaban operarse… En fin, que gracias a nuestro amigo Juan Vizcaya dimos con Menchu, Gonzalo se recuperó, volvió a jugar, y ganó el Barclays Singapore Open, un torneo que dio un impulso importantísimo a su carrera, y sobretodo a su confianza. Un año que había sido durísimo, y en el que en un momento dado se llegó a plantear tener que dejar el golf si no lograba recuperarse, acabó de la mejor manera posible. Así que muchísimo ánimo, ¡¡que esto acaba de empezar y tienes mucho tiempo por delante para demostrar lo que vales!!
No sé si os habréis enterado que Álvaro Quirós también ha empezado un blog en Ten-Golf. Pues sí, y además no contento con ello, deja claro que uno de sus objetivos es ganarme en número de visitas. Porque él es así, muy competitivo, como otro que yo me sé… Os animo a que le leáis, por favor, porque aunque tiene sus defectos, que son bastantes, yo en el fondo le quiero mucho tal y como es (de hecho es padrino de mini Alice), y no quiero que se sienta mal. Así que os pido encarecidamente que hagáis un esfuerzo y leáis lo que tenga que contarnos, que no será gran cosa, pero bueno, es muy buena gente y se lo merece. Y a Álvaro le reto a que escribamos los dos un post en nuestros respectivos blogs, y a final de semana contemos el número de visitas de cada uno. Si gano yo, que voy a ganar, me tiene que mandar a su mujer y gran amiga mía María en el próximo vuelo a Miami a verme, que la echo muchísimo de menos. Y si gana él, ya veremos. Pero nada de vídeos, que eso es muy fácil, los dos pluma en mano delante de un folio en blanco. Y que gane el mejor, ¡lo importante es participar!
