¡Hola a tod@s!
Tras casi un año viviendo en Estados Unidos, por fin nos ha tocado vivir una de las fiestas más importantes y representativas de aquí, Thanksgiving. Las familias se reúnen durante estos días de vacaciones para agradecer sus bienes, y es algo así como el equivalente al día de Nochebuena para nosotros. Se celebra siempre el cuarto jueves de noviembre, y supone también la antesala a la Navidad. Lo bonito de esta fiesta es que la celebra todo el mundo, al margen de sus creencias o religiones.
El jueves en cuestión me tocó preparar la comida para unas quince personas, entre adultos y niños. No quería innovar mucho, ya que la cocina no es mi fuerte en absoluto, así que el menú fue bastante sencillo y clásico: el tradicional pavo asado con su relleno, salsa de arándanos, puré de patata y batata, coles de bruselas al horno y un par de ensaladas, una de las cuales me salió tan buena que Gonzalo sigue buscando en la papelera el envase de la tienda, ¡porque no se cree que la hiciera yo! Eso sí, los aperitivos fueron algo más nuestros, a base de salchichón, chorizo, quesos, aceitunas y buen vino tinto.
Tengo que decir que salió todo espectacular, y pasamos un día muy divertido en compañía de buenos amigos. ¡Estoy deseando que llegue ya el siguiente!
Al día siguiente de Thanksgiving es el llamado Black Friday, el día que inaugura la temporada de compras navideñas, con unos descuentos increíbles. El término negro hace alusión a las cuentas de los comercios, que pasan de números rojos a negros rápidamente gracias al superávit. Por lo visto es una locura total, así que en nuestro caso hemos decidido esperar al Cyber Monday, en el que todas estas rebajas se aplican a los comercios online, y puedes comprar lo que necesites sin colas ni empujones desde tu casa. (¡si, lo sé, he sonado como un anuncio de Teletienda!)
Gonzalo volvió hace unos días de Japón y se queda nada menos que ¡¡ocho semanas en casa!! No somos capaces de recordar ninguno de los dos cuándo fue la última vez que pasó tanto tiempo seguido con los niños y conmigo, así que estamos todos encantados con la idea, sobretodo después de este año tan complicado y con tantísimos viajes. Y como es natural, cuando está en casa le gusta hacer planes tranquilos y familiares, así que al día siguiente de Thanksgiving, aprovechando que era fiesta y los niños no tenían cole, decidió lanzarse a hacer nada menos que su primera paella en la barbacoa que tenemos en casa. Admito que yo no hice nada, ya que en temas culinarios Gon es bastante más brillante que yo, y ¡le salió muy muy buena! Os adjunto una foto para que veáis el resultado 🙂
Por lo demás seguimos felices y encantados con nuestra vida en América, cada vez más, aunque como es natural echamos de menos a nuestras familias y amigos. Por suerte tenemos muchas visitas, ya que Miami es un destino muy apetecible para pasar unos días, y tengo que decir que la última nos ha dejado un vacío muy grande con su partida, así que Álvaro y María, ¡¡volved pronto!!!
¡¡Hasta la próxima entrada y gracias por leerme!
