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Armas de mujer en Augusta

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Una vez al año, un grupo de jóvenes jugadoras universitarias acuden ilusionadas a las instalaciones del Augusta National para jugar el legendario recorrido. Han leído bien:  jóvenes jugadoras universitarias…

Tiene su explicación. Estas amateurs pertenecen al equipo de golf de la Universidad de Georgia (los Georgia Dogs) y reciben la invitación de un socio para jugar anualmente allí. Y, curiosamente, una de ellas ha sido los dos últimos años la española Marta Silva.

Marta no es hoy una amateur cualquiera. Después de ganar la semana pasada el Liz Murphey, ocupa ahora mismo el Número Uno en el ránking universitario femenino en Estados Unidos. Una plaza que nunca jamás había llegado a ocupar antes una española. Ella, concretamente, vive en Athens, población de Georgia situada a dos horas en coche de Augusta. ¿Les apetece darse una vuelta con ella por el Augusta National? Su descripción de sensaciones y detalles no tiene desperdicio.

"Es especial, aunque no es lo mismo que por la tele sin la gente y las gradas. Pero está igual de impecable. Diría que es precioso y, sobre todo, muy divertido de jugar", explica.

Hay que puntualizar que Marta, según nos señalaba, jugó más corto el recorrido, como es lógico y normal. En concreto, jugó un Augusta National de 6.250 yardas (unos 5.714 metros), por las más de 7.400 yardas que se juegan esta semana (más de 6.700 metros).

La primera sorpresa no tardó en llegar…

"Me encanta porque allí juegas siempre con caddie. Nosotras no estamos acostumbradas y es una pasada. La primera vez, en el primer green, el caddie que me acompañaba se agachó para mirar la caída y yo le dije que me dejara a mí, porque estoy acostumbrada a mirar yo siempre las caídas… El putt que tiré fue exactamente al lugar opuesto al que yo veía. Una locura. A partir de ahí, por supuesto, él miró todas las caídas. Y es de una gran ayuda. Te dice: tira aquí. Y ahí hay que tirar".

Marta ha jugado dos veces allí, la última este mismo curso. El primer año hizo un +3 más que honroso. Y el segundo año acabó con un fantástico -4 en su tarjeta…

"El caddie estaba alucinado con ese resultado. Hice siete birdies y tres bogeys. Jugué muy bien y la sensación de jugar bien allí es increíble. Eso sí, ayuda mucho el caddie… Con él parecía imposible fallar un putt. La información es fundamental: a lo mejor te dice que, en determinada posición, y aunque parezca muy cuesta arriba, es mejor no pegarla muy fuerte. O a lo mejor tú ves que el pelo de la hierba ayuda y él te dice que no ayuda tanto como parece".

Parece tener claros sus hoyos favoritos:

"El hoyo 10 me encanta. Pero sobre todo me gusta el tramo de los hoyos 14, 15 y 16. El 14 es muy complicado. Hay que jugarlo muy bien. El 15 es un par 5 que, si yo lo juego con un poco de viento a favor, puedo llegar de dos a green y el segundo tiro de arriba hacia abajo es impresionante. Y el 16, el par 3, sencillamente porque es un hoyazo".