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Cuando el tiempo se detiene

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ImageRocco andaba inquieto, de lado a lado, sin parar, se daba la vuelta, miraba la televisión, la dejaba de mirar, ofrecía su mejor sonrisa a la cámara, una sonrisa nerviosa, no había otra, no sabía muy bien que decir, pero hablaba continuamente, hablar tranquiliza, evita estar pensando en otras cosas… Eran segundos de máxima tensión…

Tiger ya se había metido en su burbuja. Estaba rodeado de más de 50.000 almas que ni siquiera respiraban para no molestar al 'cazador'. Woods no veía a nadie, estaba solo, más solo que nunca. Sólo miraba una línea, una pequeña caída, los poco más de tres metros que separaban su bola del hoyo. Se paseaba con parsimonia. De arriba a abajo. El tiempo siempre se detiene en esos momentos. Siempre que Tiger estudia un putt decisivo.

La cara del número 1 es la máxima expresión de la concentración. Sólo con verlo le duele a uno la cabeza. Se coloca sobre la bola y nadie parpadea. "Lo va a meter, lo va a meter, este tío lo va a meter…", repetía de forma incansable para sí Mediate en sus paseos de ida y vuelta de apenas tres metros.

Ahí está la diferencia entre Tiger y los demás. Ahí está la diferencia entre los más grandes y los que no lo son tanto. Cuando al resto de los mortales el mundo se nos acelera, con Tiger se detiene. Igual que se detenía con Jordan, cuando se suspendía en el aire para meter el tiro decisivo de la victoria; o con Nadal, cuando saca para ganar el punto clave en la final de Roland Garros; o con Zidane, cuando armó la pierna para encajarla en la escuadra en la final de la Liga de Campeones. Estamos ante esa extraña capacidad que tienen algunos seres humanos de parar el reloj.

Rocco sabía que Tiger lo iba a meter. Pero quien de verdad sabía que lo iba a meter era el propio Tiger. Es la determinación. Parece que se escapaba por la derecha, pero no. El hoyo recoge la bola, como acariciándola, como si le dijera: "tú dónde vas, 'pa' dentro"… No lo duden. Ese mismo hoyo, a otra bola, le hubiera dicho: "tú dónde vas, 'pa' fuera"…

Tiger se sacó de la manga un birdie en el último hoyo después de mandar la bola al búnker desde el tee y después de que su segundo golpe se quedara en el rough. Hace dos malos golpes y se saca un birdie. Por eso es Tiger, posiblemente uno de los mejores (o quizás el mejor) deportista de toda la historia.