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Graham y la pregunta del millón

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Charla de sobremesa en Gerona, una vez finalizado el Open de España…

Departimos con un periodista inglés, Graham, que es ‘freelance’ y suele trabajar para medios irlandeses. Enseguida, la pregunta del millón. Por supuesto, es Graham quien lanza la cuestión al aire:

«¿Cómo es posible que yo haya abierto periódicos durante el Open de España y en algunos ni siquiera se publicara una mísera reseña del torneo? ¿Cómo es posible, sobre todo, teniendo en cuenta que el golf español es la tercera o cuarta potencia del mundo?»…

Vayamos por partes. Por un lado quizá España no sea la tercera potencia, pero desde luego pelea por ello y ya está en dura pugna con Sudáfrica por el cuarto puesto. En todo caso, es evidente que el golf español está ahí arriba y que, además, en los últimos años ha dado un salto de calidad, con jóvenes talentos que apuntan muy alto.

Por otro lado… Es complicado responder a Graham. Nos ceñimos si acaso a una idea expresada ya repetidamente en esta página: falta algo de ‘cultura’ de golf en nuestro país. Y es algo hasta cierto punto normal: no se implanta ni se traspasa de generación en generación de la noche a la mañana. Lo que ya no es tan normal es que dicha ‘cultura’ (o conocimientos profundos de la materia) ande dejada de la mano de Dios en las redacciones deportivas de diarios, radios, televisiones… Los supuestos expertos debiéramos explicar mejor el fondo de este maravilloso deporte.

Sólo interesan los ‘majors’. Incluso periodistas especializados en golf miden a los jugadores única y exclusivamente por su rendimiento en las cuatro grandes citas del año. Lo demás se toma como un molesto aperitivo.

No se entiende, por ejemplo, lo complicado que es ganar un torneo de golf, y no se valoran los top-ten, ni los top-five, ni nada que no sea, como mínimo, estar luchando por un ‘major’ el domingo.

No se entiende que, salvo excepciones, los profesionales de este deporte recorren un largo camino antes de darse una oportunidad de ganar un ‘major’.

Si Sergio pierde un Open en Carnoustie en el play-off de desempate, sólo se saca la lectura negativa.

Si Gonzalo Fernández Castaño encadena tres segundos puestos, pues casi, casi se valora como una decepcionante carambola del azar.

Si Álvaro Quirós gana en Qatar y se mete entre los 25 primeros del mundo, pues sí, se comenta, pero de pasada.

Si España es, junto con Suecia (y por delante de ella a día de hoy) la única alternativa seria al poder anglosajón (aún estando todavía muy lejos de él), poco importa. Poco o nada se valora.

Para Graham, Quirós ya es una estrella del golf mundial. Lo dice así de claro y se queda tan ancho. Para qué hablar de Sergio García, Miguel Ángel Jiménez o José María Olazábal. Estos son casi ‘semi-dioses’…