Lydia Ko sólo tiene 16 años, pero su cabeza funciona como si tuviera 30. Lleva desde los 14 compitiendo al máximo nivel, ganando y demostrando una mente privilegiada. Ni siquiera pierde el rumbo ante los profundos cambios que afrontará en los próximos días…
Jugará como profesional el último torneo del año del circuito americano (CME Titleholders) y el LPGA Tour ya ha aceptado su petición para hacerse miembro en 2014. Nueva Zelanda, su país de adopción, mira con recelo estos movimientos. No se fían de una posible huida-regreso a Corea de su mayor talento.
Ko nació en Corea del Sur, pero a los seis años se trasladó a Nueva Zelanda con su familia y a los doce adquirió la nacionalidad. Se siente neozelandesa y así lo ha dicho siempre. Las dudas brotan en el país oceánico en el momento que se pasa a profesional y aparece el dinero en su carrera. Así fue la cuestión: “¿te planteas competir en los Juegos Olímpicos de Río bajo la bandera de Corea, un país donde el golf está mucho más desarrollado, más profesionalizado y en el que se mueve mucho más dinero?”.
Ko no titubeó. “He jugado para Nueva Zelanda en los últimos años y no se me pasa por la cabeza cambiar. Me encanta aquello, todo, la cultura, el país…”. Cinco minutos después se le vuelve a insistir. “Sabes que tienes la opción de competir por Corea en Brasil, ¿no sería una posibilidad?”. Respuesta rotunda: “Nada ha cambiado en los últimos cinco minutos, igual que en los últimos años”. Es cosa seria. No hay que olvidar que Ko ya tiene cuatro victorias profesionales en su palmarés, ahora mismo es la Número Cinco del mundo y prácticamente nadie duda de que más pronto que tarde será Número Uno.
De hecho, la joven Lydia anunció que, de momento, mantendrá su residencia en Nueva Zelanda, a pesar de que vaya a jugar el circuito americano de manera íntegra. “No me muevo, allí tengo a toda mi familia”.
Curiosamente, en los últimos días se ha conocido un caso inverso al de Lydia Ko. Se trata del también joven talento coreano, Jin Jeong, que acaba de obtener su primera victoria como profesional en el Perth International del circuito europeo. Nació en Busan, Corea, pero hace siete años se mudó a Melbourne y allí tiene establecida su residencia y su vida. De hecho, sus mayores éxitos como amateur (British, Número Uno del ránking…) han venido siendo un australiano más.
Tal es su adaptación al país ‘aussie’ que llegó a reconocer recientemente que estaba valorando la opción de hacerse australiano, aunque no lo tenía claro porque en Corea las raíces se llevan muy a gala y no le gustaría disgustar a su familia y a su país.
Dos situaciones contrarias, pero en ambos casos perfectamente justificadas. Tanto Jeong como Ko demuestran tener una cabeza perfectamente amueblada.
