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Poder de superación

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Manuel de los Santos recoge el premio de campeón/ RCGS

Un accidente de moto truncó su prometedora carrera en el béisbol profesional hace 4 años y ha encontrado en el golf no sólo una nueva carrera deportiva sino un auténtico asidero a la vida. Ahora es handicap 3.4 y se prepara para convertirse en jugador profesional…

Manuel de los Santos (San Pedro de Macorí, R. Dominicana, 1984) ha sido el ganador del Internacional de España de Golf Especial celebrado el 13 y 14 de noviembre en el RCG de Sevilla. De los Santos es un ejemplo de superación…

 

Sus comienzos en el beísbol… “En la República Dominicana todos los niños sueñan con convertirse en peloteros (jugadores de béisbol). Yo también soñaba con serlo, jugar, viajar… la familia que me crió me fomentó mucho este deporte y empecé a jugar bien. Pronto empezaron a llamarme Sammy Sosa por mi forma de batear y porque me parecía a él (Sammy Sosa, es uno de los mejores jugadores latinos de la historia que triunfó en EE.UU en la década de los 90). Con 16 años llegué a un preacuerdo con un equipo de Toronto (Canadá) pero sólo podía firmarlo con 17 años cumplidos. Mi sueño se estaba haciendo realidad".

 

El accidente… "Dos meses antes de mi cumpleaños tuve un accidente de moto. Estuve muy grave, salvé la vida de milagro pero tuvieron que amputarme una pierna porque se gangrenó. Fue un momento muy duro saber que nunca podría jugar al béisbol y que el resto de mi vida iba a vivir con una sola pierna. Entonces, Elena (mi pareja) y yo, decidimos marcharnos a Francia porque pensamos que allí habría mejores posibilidades para conseguir una prótesis. Ser deportista me ayudó a conseguir el visado muy rápido y con la herida aún reciente -no pude sentarme en todo el trayecto del dolor- nos fuimos a París. La llegada a Francia fue muy dura. Para nosotros fue como ir al Polo Norte. No quería ni salir del apartamento, me daba vergüenza, no quería ver a nadie. Sólo pensaba en irme de este mundo porque mi mente me castigaba todo tiempo pensando en que toda la vida iba a sufrir. No sé cómo Dios me dio la fuerza para seguir. Intenté ponerme una prótesis y al principio fue bien. Podía llevarla dos horas seguidas y andar con una sola muleta. Pero cuando empecé a llevarla más tiempo, vinieron los problemas. El peso del cuerpo me provocaba heridas hasta que un día decidí quitármela para siempre. No podía pasarme la vida así".

 

Las distintas caras del dolor… "Tenía una gran depresión. Prefiero el dolor físico al psicológico porque para el físico hay medicinas. Lo peor que le puede pasar al ser humano es tener el dolor en el corazón, no existe peor sufrimiento que ése. Estaba tan mal que el psiquiatra nos recomendó ir de vacaciones a casa, así que volvimos a la  República Dominicana tres semanas".

 

Dos home run y la puerta de la esperanza… "Cerca del hotel había una cancha de béisbol. Paseando por allí se nos acercaron unos niños y me reconocieron. Uno de ellos me dijo, ¡vamos  a batear Sammy, eso no es nada para ti, tú eres superman! Me convencieron. Fuimos al campo, cogí el bate, golpeé la bola y la lancé fuera: home run. Repetí y volví a sacar la bola. Home run. Creo que ese viaje tenía la misión de que yo despertara. Así descubrí que podía seguir haciendo deporte. Los niños dicen lo que sienten, dicen la verdad, lo que ven. Y ese niño vio mi capacidad, no que me faltaba una pierna".

 

La Leyenda de Bagger Vance… "Cuando volví a Francia estaba decidido a buscar un deporte que pudiera practicar. Por casualidad vimos en la tele la película La Leyenda de Bagger Vance, con Will Smith y ahí comenzó todo. Elena y yo nos miramos y  pensamos lo mismo: en el golf la bola está parada, no hay que correr… éste era el deporte. Sobre la marcha nos metimos en internet para investigar y dimos con un campo público cerca de París. Fuimos inmediatamente, quería informarme, ver cómo podía empezar. Estaba en el campo de prácticas cuando un señor me preguntó ¿juegas? ¿quieres probar?. Fui a su sitio y me dejó su driver, cuatro bolas y me dijo que intentara darle en dirección al cartel de 200 metros. Cogí el palo con el grip de béisbol y di como pude. Las cuatro bolas fueron derechitas más allá del cartel. Cada vez que le pegué sentí alegría y supe que eso era lo que iba a reemplazar el béisbol. No quería ni devolverle el driver".

 

El golf cambió su vida… "Así comenzó. Empecé a ir a diario y la gente me regalaba palos, en una semana reuní mi primer juego. Para mi todo era un mensaje de Dios, algo positivo, me enamoré del golf y cambió mi vida. De esto hace 3 años y 8 meses. Durante un mes fui de 9.00 a 20.00 a dar bolas (me las regalaban) no pateaba, ni chipeaba, sólo quería dar bolas. La gente me decía que estaba loco. Pero yo había encontrado las ganas de vivir y empezaba a tirar para alante".

 

El entrenamiento… "Poco a poco entré en contacto con asociaciones de golf para minusválidos. Adapté el swing del béisbol al del golf. Estuve 6 ó 7 meses entrenando sin competir, no me importaba el nivel, ni el handicap, sólo me importaba que el campo estuviera abierto para jugar. En el primer torneo que jugué bajé de 54 a 30, después a 24… A partir de 15 empecé a participar en competiciones internacionales con la EDGA (European Disable Golf Association).  Mi objetivo es ser número 1 de Europa".

 

Jugar en España… "La victoria en Sevilla me ha hecho muy feliz. Me gustaría volver a jugar allí.  Todos los participantes estamos muy agradecidos a Rodrigo Cuadrado y a la Fundación Española de Golf Especial. Nos pasamos el año contando los días que faltan para que lleguen los torneos que organiza en España porque nos lo pasamos muy bien y porque ellos nos quieren como personas. Digo esto en el nombre de todos los jugadores: agradecemos profundamente el amor que nos brindan".

 

Una medicina llamada golf… "Nuestra vida no es fácil y sufrimos, pero el golf nos motiva. A muchos el golf nos ha devuelto la fuerza para seguir viviendo, el campo nos hace olvidar. Créeme, es la mejor medicina que encontramos. No conozco a ninguna persona que mientras esté en el campo sea infeliz. Ahí estamos orgullosos. Ahora soy hándicap 3.4 y si he llegado a este nivel es porque juego con amateurs que se preparan para ser profesionales. Soy el único discapacitado que compite en esta categoría y mientras pueda entrenar quiero seguir mejorando. El tiempo y mi nivel dirán si puedo ser profesional. Me gustaría tener el título, competir al máximo nivel y el día de mañana poder dar clases, pero no quiero ni decirlo. Por el accidente que cambió mi vida no quiero adelantarme. De momento me va bien, tengo un acuerdo con Callaway por el que me proporcionan todo el material".

 

Todos los días juega con Tiger… "Lo que me hace ilusión es viajar por todo el mundo y trasladar un mensaje positivo a la gente joven, hacer demostraciones. Ya he hecho alguna en Francia, Italia y España y me hace feliz. Mi jugador favorito es Tiger Woods, con quien juego todos los días en la Play. Lo defiendo siempre, cuando gana y cuando no gana. Admiro el trabajo que realiza con su Fundación de ayuda a niños y me encantaría conocerlo. Cuando yo era niño tenía mi habitación llena de carteles de Sammy Sosa, ahora tengo todo de Tiger Woods".