Para empezar, es más bien poco lo que se sabe: menisco, ligamentos cruzados, fisura en la tibia por estrés… Pinta feo…
Así y todo, parece que apostar por un regreso rutilante y por la senda de las grandes victorias no es descabellado. Sólo hay que ver la pasta de que está hecho este hombre, capaz de ganar un US Open con serios problemas físicos. Y sobre todo: ya podemos imaginar que la pierna de Woods no va a ser tratada por cualquier recién llegado a la medicina. Lo que humanamente pueda hacerse se va a hacer en la extremidad izquierda del gran campeón norteamericano.
Una puntualización conveniente: la machada de Torrey Pines se da una vez en la vida. Insisto: una vez en la vida. Tiger jamás volverá a ganar así. Entre otras cosas, porque jamás volverá a apurar de ese modo el vaso de la gloria a costa de su salud, de eso pueden estar ustedes seguros.
¿Hasta dónde aguantará entonces su rodilla? Un parón de seis meses no es una bagatela cualquiera. Tiger ha sobrepasado el límite y es evidente que su rodilla izquierda ha soportado demasiados 'latigazos violentos' durante años y años porque su swing así lo demandaba… Un swing que, no lo olvidemos, no es ni por asomo el más perfecto del circuito. Una prueba es precisamente esta grave lesión a los 32 años.
Woods lo ha ido modificando ligeramente con el paso de los años y él mismo ha dicho en alguna ocasión que no sólo buscaba más consistencia, sino la posibilidad de hacerlo más longevo. No caben demasiadas dudas: hace años que está protegiendo precisamente esa rodilla. Pero incluso él necesita muchas veces de un 'plus' para ganar, y tiene que forzar.
Tiger, en todo caso, llegó a estar convencido de que iba a aguantar sin problemas carros y carretas: hace bien poco hablaba de ganar el grand slam y no parece que este chico sea un imprudente. Hoy ya ha visto que no es así. Veremos cómo le afecta.
