Ha dicho esta semana el veterano y gran jugador norteamericano Mark O'Meara que cree que Rory McIlroy, a sus 19 añitos, golpea mejor y con más técnica a la bola que Tiger a la misma edad. ¡Horror! Otra vez el síndrome de Tiger se cierne sobre un joven talento mundial…
A veces parece como si los americanos lo hicieran adrede: metemos presión al diamante en bruto de turno para preservar el reinado de Tiger en el tiempo. Evidentemente, no es más que un comentario casi de broma, puesto que los americanos han metido y meten presión del mismo modo a muchos de los suyos: con Riley y O'Hair, por ejemplo, lo hicieron en su día, y hoy les toca a Kim y Snedecker. Los efectos fueron letales en los dos primeros casos y veremos qué pasa con los segundos.
A Sergio García semejante comparación le ha complicado mucho las cosas en su carrera profesional. Ha tenido que pasar un montón de años para que saboreemos al ciento por ciento los logros del español sin que se meta por medio la odiosa e injusta comparación. Si eres joven y muy bueno, pero no haces lo que hizo Tiger, ya hay quien se decepciona. Ver para creer. Por cierto, ya que hablamos de McIlroy y de Sergio, recordar a los desmemoriados que el de Castellón, a la edad que hoy tiene Rory (19 años y casi nueve meses) ya había ganado dos torneos del circuito europeo y había quedado segundo en un PGA).
Confiemos en que el entorno de McIlroy y la experta y sabia afición británica en general, e irlandesa en particular, sepa aislar al joven jugador de semejantes estupideces. Que McIlroy siga la senda de McIlroy. La de Tiger es de Tiger.
