Inicio Blogs El Arreglapiques Sergio García, ese clavo ardiendo al que uno puede agarrarse siempre…

Sergio García, ese clavo ardiendo al que uno puede agarrarse siempre…

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ImageSergio García fue el mejor el domingo en el European Open, en un día absolutamente británico: viento, lluvia… 

El mejor, de lejos: 66 golpes, un seis bajo par que en esas condiciones tienen sabor de 62, y no es exageración.

No le dio para ganar porque el vencedor, Ross Fischer, estuvo sembrado toda la semana y también apretó de firme el último día (otra tarjeta estratosférica en un día de perros: 68 golpes). Bravo por él y mucho ojo con el driver de este joven inglés, capaz de mandar la bola a casi 340 metros ayer mismo y sobre una calle mojada… (Decimos joven inglés, tiene 27 años, y decimos bien… Pero no olvidemos, no nos cansaremos de insistir en ello,  que Sergio sólo tiene un año más y ya ha hecho todo lo que ha hecho…).

Dijo Sergio al finalizar la vuelta que incluía esta ronda entre unas de las mejores cinco rondas de toda su carrera. No es de extrañar. También dijo el español que "definitivamente ha sido la mejor ronda con el putter que nunca he tenido". En efecto, pateó maravillosamente: 21 putts en total, 11 putts en greenes en regulación… 

Estos datos, a sólo diez días del comienzo del Open en Royal Birkdale desbordan las expectativas y sólo pueden llenarnos de alegría. Además, nos dicen otras cosas:

Nos dicen, por ejemplo, que saliendo a nueve golpes del líder el último día, su plan de juego todavía contemplaba sin tapujos la victoria. Iba a por ella.

Nos confirman que en circunstancias adversas Sergio es de los mejores (sólo hay que recordar también el viento que soplaba el domingo en el TPC de Sawgrass donde el español ganó el The Players), todo un aval con el British a la vista.  

Y nos hacen de nuevo considerar que es un privilegio para los aficionados al golf tener un clavo ardiendo como el que García nos proporciona para agarrarnos a él cada vez que juega. Siempre rondando el top-ten, cuando no la victoria. Sergio combina los dos grandes circuitos, europeo y americano, juega casi lo imprescindible en el Viejo contienente y aun así raro es el año que no finaliza entre los veinte primeros del Orden de Mérito.

Representa casi siempre, igual que Miguel Ángel Jiménez, la fiabilidad, aún en los momentos menos lúcidos. Eso, en golf, es mucho decir.