Póngase en situación. Usted feliz de la vida porque acaba de pegar la salida del día. Un drive recto, potente, sólido, que atraviesa el aire y hace un buen puñado de metros…
Llega a la bola aún con la sonrisa en la boca y divisa el panorama. Hay que preparar el segundo golpe. Un drive así no se puede dejar escapar y el green está a tiro.
Empieza a hacer sus cálculos, pero cuidado, el peligro no es un búnker profundo tipo links o el clásico lago dispuesto a amargarte el hoyo. En esta ocasión, el obstáculo es nada menos que un oso panda gigante, o la gran muralla china. Así, como lo leen.
No, no es ciencia ficción ni estamos anticipando el Día de los Inocentes. Así está diseñado el último campo del mega-complejo de Mission Hills en Hainan, China. Ya están construidos 22 recorridos diferentes y el último, que saldrá del horno en 2014, está dispuesto a convertirse en una especie de galería de los horrores para los más tradicionalistas.
El diseño imita a los mini-golf. Así, los búnkers y lagos han sido sustituidos por réplicas de ruinas mayas, la gran muralla china, osos o cualquier cosa estrambótica que usted se pueda imaginar. El hoyo 17, por ejemplo, es una imitación del famoso par 3 del Stadium de Sawgrass. Sin embargo, en lugar de agua, lo que rodea al green es un bol gigante de noodles y palillos gigantes de 50 metros de longitud.
El diseñador es el gurú Brian Curley. Lo tiene claro: “sé que los más tradicionales pondrán el grito en el cielo y lo odiarán”. Sea como fuere, no descarten que se acabe convirtiendo en el campo más jugado del complejo de Mission Hills. Aunque sólo sea por la novedad…