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Soy muy del Open ‘USA-int-Omer’

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Carl Suneson ganó en 2007 en Saint-Omer

San Diego, California, costa, solecito, arena de playa, algún bikini despistado, una tabla de surf al fondo, el segundo grande de la temporada, los mejores del mundo reunidos en Torrey Pines…

Sí, ya lo sé. Es casi imposible competir con todo esto. Qué me van a decir, si el pueblo que acoge al US Open'08 se llama La Jolla…

A glamour es imposible ganarle. Pero, ya saben que a mi gusta ir a contracorriente y yo esta semana me quedo con el Open de Saint-Omer, torneo dual que pertenece al circuito Europeo y al Challenge. El escenario no es tan idílico. Norte, muy al norte de Francia, casi fronterizo con los Países Bajos. Una región donde aún no se han enterado que hay que empezar a cambiar la ropa de invierno por la de verano.

Me encantan estos torneos. No estará Tiger Woods, ni Phil Mickelson, ni Sergio García, ni Jiménez, ni Adam Scott, pero hay otros muchos alicientes que no podemos perder de vista. En el US Open vamos a respirar presente por los cuatro costados. El que gane será coronado como uno de los mejores jugadores del planeta y pasará a formar parte de ese exclusivo grupo de jugadores ganadores de un grande. Se hablará mucho de él en los próximos días y se le guardará un sitio de privilegio en la historia del torneo y del golf.

En Saint-Omer, sin embargo, se hablará mucho de futuro, del golf que viene, de lo que puede suponer una victoria… Es un torneo en el que se respira tensión. Es una mezcla entre la juventud que quiere empezar a hacerse un nombre y los veteranos que pelean por mantener su silla en el circuito.

Saint-Omer es una gran oportunidad. Es un torneo abierto, quizás el más complicado del año para realizar un pronóstico.

No se pierdan este dato: los cinco últimos ganadores (desde que el torneo pertenece a los dos circuitos) han logrado aquí la primera victoria de su carrera en el circuito. Por lo pronto, son dos años de exención, que no es poca cosa. Pregúntenle, si  no, qué le parece Saint-Omer a Carl Suneson, ganador aquí el año pasado.

En realidad, el torneo es un pelotazo. Es algo parecido a la Copa del Rey en fútbol. 

En pocos partidos puedes ganar un título y meterte en Europa. A través de la Liga, el camino se hace eterno para colarte entre los seis primeros. Qué decir del martirio que hay que atravesar para ganar el título.

Saint-Omer entrega menos dinero, eos sí, pero los privilegios con muy parecidos, si no idénticos, a los del Open de Irlanda, por poner un ejemplo. Te conviertes en ganador del circuito y, de paso, te ganas un sitio para jugar la próxima temporada el HSBC Champions.

Una vez allí, ya le puedes preguntar a muchos, por ejemplo a Phil Mickelson: "oye, ¿y el año pasado en La Jolla qué tal? Si yo te contara lo que hice esa semana…".