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Tiger nunca estuvo 17 torneos sin ganar… ¿Tiene el control de esta crisis?

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Tiger Woods encadena ya 17 torneos sin conseguir una victoria. Concretamente, desde el 15 de noviembre de 2009, cuando se impuso en el JBWere australiano, torneo que aquel año formó parte del calendario del circuito europeo…

Nunca, desde que se hizo profesional en 1996, había estado más de un año sin ganar un torneo de los grandes calendarios internacionales. Hoy acumula ya más de quince meses. Pero, lo que resulta un dato más importante aún que los meses encadenados sin un triunfo, es precisamente esa cifra de 17 torneos consecutivos sin que este gran campeón cante victoria.

Nunca en su carrera había encadenado 17 torneos sin victoria. Esta cifra resulta de los 14 torneos que disputó en 2010, incluyendo el Chevron del pasado diciembre (donde perdía ante McDowell en el desempate), y los tres que ya ha jugado en 2011 (Farmers, Dubai y Accenture).

De hecho, su peor racha data del año 2004, cuando ganaba el 29 de febrero el Accenture y no volvía a ganar hasta el 12 de diciembre del mismo año, 2004, cuando se imponía en el Target (hoy Chevron, 'su' torneo). Entonces, entre ambos triunfos Tiger jugó quince torneos. Esa era su peor racha, hoy ligeramente superada.

El razonamiento de Tiger al respecto es bien sencillo, tal y como ha explicado en Dubai y en Arizona: "ya estuve tiempo sin ganar cuando cambié el swing en 2004. Los cambios que estoy realizando en el swing necesitan su tiempo".

En efecto, Tiger comenzaba a trabajar junto a Hank Haney en marzo de 2004, después de la citada victoria en el Accenture de ese año. Aquella travesía duró diez meses, que es aproximadamente el tiempo que lleva ahora junto a su nuevo entrenador, Sean Foley, con quien está realizando modificaciones ciertamente profundas.

Una vez ganó el Target de diciembre de 2004, inmediatamente el gran campeón norteamericano alcanzaba en 2005 un ritmo de victorias espectacular: en enero ganaba el Buick, en marzo se imponía en Doral, en abril triunfaba en el Masters, en julio ganaba el British, en agosto el WGC Bridgestone…

Así pues, los antecedentes históricos le dan la razón. Otra cosa es afirmar categóricamente que está a punto de ponerse a ganar de nuevo con aquel trepidante ritmo de 2005. Seguramente las circunstancias han cambiado sensiblemente. Desde el tiempo que dedica el jugador a entrenarse (Woods ha reconocido que hoy dedica menos horas a la semana), a su edad (no es lo mismo afrontar un cambio importante en tu swing con 28 años que con 34).

No es sencillo apostar sobre su regreso a la senda ganadora. Por momentos (y así ha quedado escrito en esta página) parece que Woods anda más inquieto de lo que él mismo expresa en público. Pero la realidad objetiva, hasta hoy, aconseja creer en lo que dice. Palabra por palabra. Tiger asegura que tiene su crisis bajo control y, en realidad, más pronto que tarde se demostrará si, en efecto, así es.

En principio, va a jugar en Doral y posiblemente lo haga después en Bay Hill antes de afrontar el Masters de Augusta. Después de estas tres citas, sin duda, será un buen momento para hacer balance. Si para entonces no ha vuelto a ganar habrá que ver, en todo caso, cómo ha ocurrido y qué sensaciones ha transmitido.