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Una honesta puntualización a Tiger

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La vuelta final del PGA, y especialmente la del partido estelar, de la que no perdimos ningún golpe a través de la televisión, dejó algunos detalles que a lo mejor no son decisivos, pero que sí pueden ayudar mínimamente a entender el sorprendente desenlace final, con la victoria de Yang, primer oriental que se mete un ‘major’ en el bolsillo…

 

El análisis de Tiger Woods al finalizar el torneo se resumía en este par de sentencias: «he hecho todo lo que tenía que hacer para ganar, pero es imposible si luego no metes los putts. Él (Yang) ha jugado muy bien y ha cumplido a la perfección un gran plan de juego». Sin embargo…

Está muy claro que Tiger anduvo mediocre en los greenes. Como nunca se le había visto, y mucho menos en un ‘major’ y con su uniforme rojo, el de los domingos. 33 putts. Pero el Número Uno del mundo se engañaría si no tuviese en cuenta otros pequeños detalles, que desde luego no ayudaron a mantener su habitual estructura granítica. A saber:

1. En el hoyo 5, después de un inicio de vuelta complicado para Tiger, Yang fallaba su primer golpe del día. Ambos estaban en el centro de la calle y el coreano, que tiraba primero, produjo una escapada tremenda a la derecha. Un tiro realmente pobre. La respuesta de Woods, normalmente demoledor a la hora de aprovechar estas concesiones: un golpe tenso y malo a bunker. La cosa no salió mal, porque el americano salvaba el par y el coreano se iba con bogey… Pero era un primer aviso. No, Tiger, en realidad tu juego no fue perfecto en todas las parcelas salvo en los greenes…

2. En el hoyo 7, par 5 en el que se podía llegar de dos a green, Tiger ganó la calle desde el tee con un buen driver, igual que Yang. El americano, que jugaba primero, tiró y a colocar, en una muy conservadora declaración de intenciones (el coreano, acto seguido, tiró a green, aunque no lo cazase), sobre todo tratándose de uno de los mejores jugadores que ha dado la historia desde esas distancias. Tiger lo reconocía después, a medias: “no creo que haya jugado hoy conservador. Quizás el único momento ha sido en el hoyo 7. Estaba entre la madera 3 y la 5 y decidimos la 5”.

La intuición nos dice que Woods no habría actuado de ese modo si su compañero de partido hubiera sido otro (Harrington, Els, Singh, Mickelson, Sergio…), sobre todo porque su tercer golpe, un approach de no más de 80 metros, fue tremendamente pobre. Nuestra conclusión al respecto, subjetiva e indemostrable, por supuesto: Woods había improvisado sobre la marcha sin considerar todavía que su duelo del día, su gran reto, era ganar a su compañero de partido. Tiger, seguramente hasta casi el hoyo 14, pensaba que el juego del coreano terminaría deshaciéndose como un azucarillo… Todavía no era necesario sacar toda la artillería. Se confió, así de claro.

3. En el hoyo 8 paga peaje: falla a bunker de green la salida en este par 3, y luego tampoco produce una sacada buena, sino más bien todo lo contrario. No, sus problemas no se restringían a los greenes…

4. Otro problema. Tiger no supo entender ayer el viento que hacía en Hazeltine. Era difícil, por supuesto. Muy racheado y cambiante, pero no dio con la tecla. Ahí Yang estuvo más fino.

5. A todo esto, hay que comentar un hecho completamente inusual y revelador que, como mínimo, se repitió dos veces durante la ronda: Tiger Woods abandonó en dos ocasiones el green (fueron las veces que la televisión lo mostró), rumbo al siguiente tee… ¡cuando Yang aún no había terminado el hoyo! Por un lado, es insólita esta falta de respeto y consideración en el Número Uno, porque además él sabe bien que, cuando se mueve, lo hacen a la vez unos cuantos centenares (y miles) de aficionados, con el consiguiente perjuicio a su compañero de partido, aunque realmente sólo tuviera que embocar, en ambas ocasiones, putts de no más de dos o tres palmos…

Por otro lado, la verdad, estamos completamente convencidos de que Tiger no trataba de molestar a Yang intencionadamente. Lo que revelaba este par de ‘faltas’, en realidad, era su estado de nervios. No tenía el control. Mostraba su frustración y enfado… Estaba fuera de su legendaria ‘burbuja’.

6. En el par 5 del hoyo 15, después de una salida poderosísima con el driver buscaba el green desde calle con una madera 5… Este golpe fue seguramente el más pobre de toda su vuelta, incluyendo los putts cortos que erró. La pegó muy mal, detrás, consumido por la ansiedad, y se quedó muy, muy corto (tanto como 50 ó 60 metros…). No, las grandes pifias no se dieron sólo en los greenes, aunque probablemente fueran causa principal de la irregularidad de su juego. Esto también es muy cierto, lo que pasa es que Woods nos tiene mal acostumbrados: si falla en los greenes, pues la deja más cerca y se acabó…

Pero no, no es un ‘dios’ que haga y deshaga a su antojo, como se empeñan quienes andan detrás de ese absurdo ‘proceso de divinización’, en una inexplicable falta de respeto a este extraordinario deportista (que es lo que es gracias a su talento, claro, y sobre todo al trabajo constante que pule, adecúa y saca punta a ese talento), y a sus rivales (que no siempre son peleles en sus manos, como bien ha demostrado Yang, número 110 del mundo hasta ayer). Puntualicemos, más que falta de respeto quizá se trate de una cierta incapacidad para analizar las situaciones en profundidad: si Tiger gana, es como debe ser (es dios…); y si pierde, es que le duele la cabeza…

7. Pegó dos hierros sublimes: desde la calle en el hoyo 1 y en el larguísimo par 3 que era el hoyo 13. Y alguno que otro más que notable, como el que tiraba desde la calle en el hoyo 2.  Fuera de ahí, anduvo errático, incapaz de cuadrar la ecuación dirección-distancia-control. Si pegaba recto a bandera, se pasaba o se quedaba corto; si pretendía jugar un suave ‘fade’, la bola no terminaba de abrir… No, el putter no fue el único problema. No firmó un 75 dominical única y exclusivamente por su indecisión en los greenes.

8. Un remate casi anecdótico y sin relevancia alguna, pero de nuevo síntoma de su enorme frustración. Situación en el green del hoyo 18, después del tirazo del torneo, ese híbrido de Yang desde la calle que dejaba la bola para birdie a escasos dos metros y medio del hoyo: Tiger tiene un putt de unos dos metros para par, pero en vez de acabar y quitarse de en medio (Yang tenía dos putts para ganar…), dejó que pateara primero al coreano, que encima firmaba el birdie… No estuvo nada bonito, la verdad.