Inicio Blogs El Arreglapiques Una situación histórica que puede cambiar el futuro del golf en España

Una situación histórica que puede cambiar el futuro del golf en España

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Carlota Ciganda/ Jorge Andreu

Hay que tratar con sumo cuidado, casi con mimo, las trayectorias de estas jóvencísimas jugadoras españolas que están llegando a la élite del golf, si es que no están ya plenamente instaladas en ella a pesar de su edad y de su condición de amateurs…

Pero no podemos obviar esta apasionante situación y lo que puede deparar al golf español. Los nombres de Carlota Ciganda, Marta Silva, Azahara Muñoz, Belén Mozo, Carmen Pérez Narbón, Araceli Felgueroso, Adriana Zwanck o María Hernández, entre otros, son una realidad, repito, apasionante del deporte español. Estas veinteañeras (muchas de ellas ni siquiera llegan todavía a los 20…) son algo más que savia nueva.

Ellas y otras como ellas van a dar una dimensión nueva, y si no al tiempo. Su empuje puede resultar decisivo para el deporte de los catorce palos. Decisivo. Su talento es impresionante, su preparación, muy completa, y su descaro y naturalidad enganchan.

Lo que ocurrió en el último Tenerife Ladies Open celebrado en Golf Costa Adeje (Tenerife), torneo del circuito europeo femenino con una participación de notable nivel, es más que un aviso. 

Carlota fue tercera, empatada con la actual número uno del Orden de Mérito europeo, la francesa Gwladys Nocera, y Marta Silva acabó quinta (Azahara pasó el corte y finalizó en el puesto 31º). ¿Quién pudo jamás imaginar que todo un país estaría pendiente de una niña com Arancha Sánchez Vicario? Y sin embargo, así fue: ella atraía los focos cuando los hombres flaqueaban, o bien compartía protagonismo en igualdad. Así que mucho ojo con estas otras niñas, porque en menos tiempo de lo esperado pueden estar compitiendo con los García o Jiménez por su cuota de protagonismo en portadas y audiencias televisivas.

Porque, si se fijan, las grandes deportistas en España tienen todas un denominador común: son populares, tremendamente populares, inmensamente queridas y apreciadas. Y si no piensen, en la citada Arancha, o en Marta Domínguez, o en Conchita Martínez, o en Gemma Mengual.

Hay un caso aún más paradigmático. Arancha, Conchita o Marta han triunfado, al fin y al cabo, en disciplinas con una tradición importante en nuestro país. Pero, qué me dicen de Blanca Fernández Ochoa. Algo tan distante de los españoles como el Slalom Gigante se convirtió en tertulia de barra de bar, formó corillos en los pasillos y nos mantuvo a los españoles pegados a la pantalla de la televisión viendo esquí.

La noticia, aunque aún en pañales y a la espera de confirmarse completamente, puede resultar, insisto, de una importancia y un impacto brutal. Y el golf español necesita ganchos de este calibre. Estamos de enhorabuena. Esto es cosa seria.