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Vértigo en la montaña rusa de Ribagolfe

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Una Escuela está plagada de historias. Da igual que sea la primera fase o la final. El drama y la tensión se disparan. Hay mucho en juego, un año entero, y las anécdotas se suceden. Ribagolfe, Lisboa, Portugal, el escenario donde más españoles han jugado la primera fase de la Escuela del Circuito Europeo y que acabó ayer, dio para mucho. Agárranse, nos subimos a una montaña rusa.

– Carlos Rodiles fue el mejor español. Acabó tercero con una espléndida vuelta final de 65 golpes, la segunda mejor del día. Es su mejor tarjeta en alguna prueba del Circuito Europeo o Challenge desde la segunda ronda del Fred Olsen Challenge de España de octubre de 2011. El malagueño embocó el último putt de birdie en el 18 y salió del green a paso ligero, con el rostro muy serio. Ni siquiera un 65 se puede disfrutar como se merece en esta situación. Adrenalina.

– Gabriel Cañizares cayó a la lona con un 9 en el hoyo 6 (par 5) de Ribagolfe. Siempre duele y en una última jornada mucho más. Hizo otro bogey en el 9 y se vio más fuera que dentro, preocupado además por las molestias que arrastra en la muñeca derecha y que le obligan a protegerse con una muñequera y tomar analgésicos. Sin embargo, justo cuando la cuenta estaba a punto de llegar a diez tuvo las agallas para agarrase a las cuerdas del cuadrilátero, ponerse en pie y apretar los dientes. ¿Por qué no? Se dijo. Hizo cinco birdies y regresó del más allá para ganarse un sitio en la segunda ronda. Un buen amigo le dio el último empujón: “Eduardo Larrañaga hizo en estos nueve hoyos cinco birdies el otro día, se puede”. Y pudo, vaya si pudo.

– Borja Etchart era uno de los más felices ayer en Ribagolfe. Consiguió el pase a la segunda fase a pesar de que comenzó con un 77. Convicción y fortaleza mental. La Escuela es un ejercicio de paciencia y confianza. Y pocos lo tienen más claro que el jugador vizcaíno, que las ha visto de todos los colores en la Escuela a pesar de su juventud. Hizo 72, 72 y 70 los tres siguientes días y ‘palante’.

– Fernando Adarraga también se clasificó, pero pasó un mal trago muy importante. La jornada, que vivió dos suspensiones por lluvia, fue caótica. Los jugadores no estaban muy informados, había desconcierto, ¿se sale a jugar ya o no?, confusión. En estas, Adarraga y sus dos compañeros de partido salieron a jugar convencidos de que se había reanudado. Pero no. Estaban solos en el campo. Cuando se dieron cuenta regresaron deprisa y corriendo a la casa club para contar lo que había sucedido. Miedo. Pensaban que serían descalificados. Sin embargo, el director del torneo entendió la situación, los nervios del momento, el caos generado y decidió no descalificarlos, aunque, eso sí, contaba lo que habían jugado. Cuando salieron había viento y lluvia, un espanto, así que cero beneficio para Fer y sus compañeros.

– Martin Trainer es uno de los muchos nortamericanos que ha jugado en Ribagolfe. Salió del hotel rumbo al campo para afrontar la última jornada con tiempo suficiente y la confianza de que tenía cinco golpes de ventaja respecto al corte. Lo tenía en su mano. Un día más de golf y a la segunda fase. Pero no llegó a tiempo al tee del 1. Pilló un atasco monumental a la salida de Lisboa, estuvo una hora parado y apareció para pinchar su bola siete minutos tarde. Descalificado. Tierra trágame.

– Sombrerazo por el amateur madrileño Javier Gallegos. Una vez más brilla en la Escuela, como el año pasado cuando se plantó en la final. Ha pasado sobrado a la segunda fase estando cada día entre los 24 mejores. En Ribagolfe le hizo de caddie Nacho Escauriaza, sobrino del presidente de la RFEG.

– Manolo Quirós decidió retirarse de la última jornada después de nueve hoyos. No empezó bien la vuelta y comenzó a sentir molestias musculares. Prefirió parar y marcharse para no agravar el problema. Intentará jugar algo el año que viene y conociendo su fe, seguro que lo consigue.

– La rutina universitaria. Muchos de los jóvenes no europeos que han venido a probar fortuna en la Escuela europea se han formado en diferentes universidades americanas. Hay un sello que los identifica. Siempre se manejan con cifras exactas. Son de números. Por ejemplo: tiene un golpe de 170 yardas con viento a favor y no dicen voy a pegar con tal palo y lo aprieto menos, no. Directamente dicen la cifra: voy a pegar 162 yardas, por ejemplo. Es la rutina universitaria.

– Quedan dos pruebas más para terminar la primera fase de la Escuela. Se juegan la próxima semana. Después, el día 11 de octubre se celebrará el sorteo puro para determinar en qué campo de los cuatro designados para la segunda fase juega cada golfista.

– Ojo al dato: se han jugado seis pruebas de la primera fase de la Escuela del Circuito Europeo y cuatro de ellas han sido ganadas por jugadores norteamericanos, tres estadounidenses y un mexicano. Una señal.