Lee Westwood y Luke Donald librarán esta semana una nueva batalla por el Nº1 del mundo…
Uno en Corea y el otro en Nueva Orleans. Circuito europeo y circuito americano. Esta vez será Westwood quien parta con ventaja. En su contra, eso sí, jugará esa especie de maldición que persigue a los que encabezan el ránking desde hace ya mucho tiempo. ¿Se acuerdan de la última vez que el Nº1 ganó un torneo? Sí, fue Tiger Woods, pero ¿cuándo?
Concretamente, hay que remontarse al 15 de noviembre de 2009. Hace exactamente 76 semanas, prácticamente un año y medio. Entonces, Tiger Woods aterrizó en Australia a golpe de talonario y se llevó el JB Were Australian Masters. Fue la última victoria de Tiger y la última victoria de un jugador que ostente el primer puesto del ránking mundial.
El torneo que Tiger disputó en las Antípodas pertenecía al circuito australiano. Si nos ceñimos a citas del PGA Tour o del European Tour, entonces hay que echar la vista un poco más atrás. La última victoria fue, evidentemente de Woods, en el The Barclays de la FedEX cup, septiembre de 2009. Hace ahora 85 semanas.
El reto de Westwood es, por tanto, más que relevante. Es cierto que el inglés ganó el Nedbank de Sudáfrica siendo Nº1 del mundo, pero se trata de un torneo que, aunque reparte pingües beneficios, sólo cuenta con 12 jugadores. No es comparable con una prueba de los dos grandes circuitos mundiales.
Martin Kaymer, que no juega esta semana, no pudo conseguirlo, pese a que ha disputado cuatro torneos desde que ascendió a lo más alto de la clasificación tras el Accenture. Su mejor resultado ha sido un noveno puesto en Malasia.
