Inicio Blogs El blog del Profesor Marcos Sobrón La presencia en el golf

La presencia en el golf

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Hace años, cuando era más jovencito, como deporte alternativo me gustaba practicar la vela de competición en cruceros de regatas.

Cuando navegas en barcos  grandes con tripulaciones de diez o más personas, cada uno tiene un puesto y una función dentro del barco. La sincronización de toda la tripulación hace que, a la orden del patrón, cada uno realice su función lo más ágilmente posible y en coordinación con otras personas.

Un día, después de una regata, el patrón me dijo: «Marcos, llegas un segundo tarde».  ¿Tanto afecta un segundo?, le repliqué. «No es un problema de un segundo, es un problema de presencia».

Cuando estaba en la banda con mis compañeros, mientras no teníamos funciones que realizar, hablábamos entre nosotros y comentábamos lo que veíamos durante la regata, pero yo ciertamente no estaba presente. Estaba más fuera que dentro.

Si quieres estar presente debes, además de ver la regata de los demás, sentir la regata que estamos haciendo. Debes estar más pendiente de nuestras conversaciones, debes sentir cómo reacciona el barco y cuando nosotros demos una orden de maniobra tú ya deberías haber pensado cuáles son los pasos necesarios para realizar tu función en dicha maniobra.

Efectivamente, cuando fijé la atención con mis cinco sentidos en lo que ocurría a bordo, en lugar de sólo fijarme en lo que ocurría fuera, mi rendimiento mejoró notablemente.

El golf es muy similar. Cuando intento explicar a los niños cómo se comporta mentalmente alguien jugando al golf, les pido que no intenten estar concentrados las cinco o seis horas que dura la vuelta. Eso es imposible. Intento que aprendan a conectar y desconectar, pero siempre desde la presencia.

Cuando queráis enseñar a vuestros hijos cómo deben afrontar una vuelta de golf seguir estos pasos y explicarles esta historia:

– Cuando juegas un hoyo eres tú contra el hoyo en un combate o un juego de mesa. Tú tienes a tus soldados que son tus conocimientos, tus habilidades y también tus flaquezas.

El hoyo dispone de rough, búnkers, árboles, montículos, caídas, el viento, la lluvia…

Cada uno usa sus armas como puede. Uno para atacarlo y el otro para defenderse.

– Imagina que vas sentado en el vagón restaurante de un tren y tu mente está absorta en el paisaje, los árboles, las vacas que pastan, las nubes y los pájaros que vuelan… Sin embargo, de repente, se produce un estruendo y oscuridad. Hemos entrado en un túnel. Nuestra reacción siempre es mirar hacia adelante para ver si vemos el final de ese túnel. Es el ejemplo claro de lo que supone estar concentrado durante la vuelta. Cuando vamos caminando de golpe a golpe debemos disfrutar del paisaje integrados en el campo, pero cuando llegamos a la bola, deberíamos cambiar automáticamente a otro estado de presencia con la bola y con el objetivo.

Como es natural, la presencia es una actitud y no todos los niños la tienen. Y como tal, la actitud se debe entrenar día a día, golpe a golpe.

Siempre se ha dicho que es mejor dar menos bolas pero bien dadas. Una gran verdad que funciona  desde la presencia. No permitas que tu hijo/a pegue bolas como una ametralladora, no sirve para nada.

En el post del 2 de abril de 2012 titulado ‘Padres e hijos en el campo: Dónde, Por qué  y Cómo’  (http://www.ten-golf.es/mas/blogs/el-profesor-marcos-sobron-scott/11106-padres-e-hijos-en-el-campo-donde-por-que-y-como.html) ya comentábamos la manera de entrenar a los niños en el campo.

Tal y como nos ha pasado a todos, las advertencias de nuestros padres no nos sirvieron de mucho hasta que nos dimos cuenta de lo que nos querían decir. Por lo tanto, proponedles un reto, que lo desarrollen como ellos crean y si es mejorable hacedles repetir intentando seguir vuestras indicaciones, pero siempre desde la presencia.

* En la imagen, Ben Hogan, uno de los jugadores que más capacidad de concentración han demostrado en la historia.