Escribo este artículo desde la cama. No he podido reprimirme después de ver el putt de Miguel Ángel Jiménez para ganar en Hong Kong por cuarta vez en diez años.
He tenido la oportunidad de conocerle y he coincidido con él en varias ocasiones, pero de todas ellas, dos me marcaron especialmente.
La primera fue en la vuelta de entrenamiento del Open de Baleares, que se jugó en Santa Ponsa II en no sé qué año del que prefiero no acordarme. Yo hacía de caddie, bueno no, perdón, corrijo, tan sólo llevaba la bolsa a uno de mis ídolos golfísticos de juventud, José María Cañizares (¡un fuerte abrazo desde aquí, maestro!) y hacia partida con ‘el Pisha’.
Allí, en el tee del hoyo 14, nos juntamos dos grupos de jugadores españoles esperando a que se despejara el campo. Durante la espera, se hablaba sobre el swing de Miguel Ángel y recuerdo que uno de los presentes le dijo a Jiménez: «Miguel, si quieres ganar, quítate esos ‘wagles’ que haces arriba».
Un ‘wagle’ es un movimiento rotatorio de las muñecas que provoca cambios en la cara del palo, línea y plano, justo antes de iniciar la bajada.
La segunda vez que coincidí con Miguel fue en un campeonato de España infantil en La Manga, donde participaba mi hija Luna. Yo estaba con ella y los demás niños en el putting green haciendo diferentes juegos de putt. Entonces, por sorpresa, apareció Miguel Ángel Jiménez para recoger a uno de los niños, que resultaba ser su hijo.
Todos dejamos el juego y los pequeños se volvieron locos pidiendo autógrafos. (Luna tiene su bola firmada). Completamente rodeado de niños en el putting green, su hij,o que le estaba esperando para marcharse le replicó: «¡¡venga papá!!». Miguel Ángel con su puro casi acabado en la boca y firmando autógrafos le contestó: «¡espera pishita, estoy con tus amigos!». Firmó todos los autógrafos sin dejarse ninguno y se marcharon.
No sé cuándo acabó con ese ‘wagle’ porque hace mucho que no lo hace. Lo que sí sé es que se ha consolidado como un maestro jugador de golf y además ha ganado en Hong Kong ¡¡una, dos, tres y cuatro veces en diez años!!
Lo que convierte a un jugador en un verdadero maestro es ese golpe, en ese momento, en esa situación, donde la gloria y el fracaso están tan próximos.
El putt que embocó Miguel Ángel Jiménez para ganar en Hong Kong en el desempate era de una complejidad tal que sólo lo puedo comparar con una jugada de billar sobre una mesa ondulada. Cuesta abajo y con doble caída. Observadlo, es digno de ver. (Pincha aquí para el vídeo, a partir del 1.30″).
Ese putt ha consagrado aún más a Miguel Ángel Jiménez como un grande de la historia del golf, al igual que el Cañizares y otros muchos españoles que no cito en este artículo. Hoy toca hablar del que sse ha coronado este domingo en Hong Kong, del Pisha, el Pisha que jamás ha dejado de ser.
¡¡Qué grande eres Pisha!!
