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Desmontando mitos: juego corto Vs. juego largo

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La portada del libro de Mark Broadie al que se refiere Enrique Soto en su artículo.
La portada del libro de Mark Broadie al que se refiere Enrique Soto en su artículo.

«Drive for show and putt for dough», o pega el driver para dar espectáculo y patea por la pasta ha sido un dicho muy común en Estados Unidos durante todo el siglo XX. Es más, seguramente todos hemos creído que el juego corto (patear y golpes alrededor de green) es mucho más importante que el largo (driver, maderas y hierros) por la siguiente lógica: si todo se decide pateando, estos golpes son los más determinantes y donde se ganan los torneos. Todos hemos sido capaces de arreglar un hoyo desastroso embocando un chip o metiendo un putt de siete metros, por lo que el razonamiento parece tener sentido. Pues bien: es erróneo.

A pesar de que se lo diga un amigo que juega mejor que usted y no sea difícil escuchar en alguna cancha de prácticas a algún despistado afirmándolo con vehemencia, el juego largo tiene más relevancia en el resultado final de una vuelta que el corto. Ha sido uno de los grandes mitos del golf que caído en el siglo XXI, y no lo ha hecho por la opinión de ningún gurú que entrena al mejor jugador del mundo ni por votación popular, sino a través de un método infalible: las matemáticas. En este caso, fue un profesor de la Universidad de Columbia llamado Mark Broadie quien las aplicó para demostrar lo que muchos sospechaban: los jugadores que lo hacen mejor de tee a green son los que tienen más oportunidades de entregar un resultado bajo al final del día.

El razonamiento completo está recogido en un libro llamado «Every Shot Counts» (Cada golpe cuenta) y se basa en dos bases de datos enormes. La primera son todos los golpes recogidos por Shotlink, un sistema con el que cuenta el PGA Tour que registra todos y cada uno de los golpes que juegan los profesionales en sus torneos, gracias a medidores láser y una media de 350 voluntarios por prueba (Broadie utiliza todos los golpes desde 2003 hasta 2012 en este libro, más de diez millones de impactos). La segunda es otra llamada Golfmetrics, que recoge los mismo pero en un ámbito más variado: jugadoras del LPGA Tour, jugadores aficionados, principiantes absolutos, handicaps medios, bajos, etc. A partir de ambas bases de datos, Broadie presentó un análisis que tiró por la borda lo que muchos todavía se empeñan en defender: no se pega el driver para dar espectáculo, sino para ganar dinero.

No solo demuestra que la contribución del putt a las victorias en el PGA Tour durante el período analizado (2003-2012) fue solo del 35%, sino que para los jugadores amateur, la distancia con el driver de salida es todavía más importante que la precisión. Puesto de otro modo: que un handicap 20 que le pega 180 metros con el driver coja todas las calles en una vuelta ayuda, pero le valdría mucho más pegarle 200 metros. Los datos fueron tan reveladores que el propio Broadie, junto al PGA Tour, dieron con una forma mucho más realista de expresar lo que sucedía en la realidad y sacaron las estadísticas que se pueden ver hoy en día en el circuito: los golpes ganados (desde el tee, tiros a green, alrededor de green y pateando). He aquí algunos datos de esta temporada, a punto de finalizar:

Golpes ganados (con respecto a la media de jugadores del circuito) desde el tee de salida:

  1. Rory McIlroy: 1.15 golpes por vuelta.
  2. Dustin Johnson: 0.987 golpes por vuelta.
  3. Jon Rahm: 0.930 golpes por vuelta.

Golpes ganados tirando a green:

  1. Jordan Spieth: 0.958 golpes por vuelta.
  2. Paul Casey: 0.884 golpes por vuelta.
  3. Francesco Molinari: 0.871 golpes por vuelta.

Golpes ganados pateando:

  1. Michael Thompson: 0.840 golpes por vuelta.
  2. Rickie Fowler: 0.796 golpes por vuelta.
  3. Luke Donald: 0.704 golpes por vuelta.

Así que ya lo sabe, si alguien le vuelve a decir en la cancha de prácticas que todo se reduce a patear tiene razón en solo un sentido: es cierto que ahí finalizan los hoyos, nada más. Muchísima más relevancia es que usted consiga unos metros de más con su driver o hierros. Si le insisten más, simplemente remítales al libro de Broadie. Esto ya está demostrado.

 

*Enrique Soto es profesional de la PGA Británica y su cuenta de twitter es @esoto