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Algunas notas a vuelapluma tras jugar el campo de la Ryder 2022 en Roma

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El mundo del golf centrará todas sus miradas en París a finales de septiembre con motivo de la disputa de la Ryder Cup. Le Golf National ha sufrido una transformación radical desde que en 2011 el European Tour lo designara como sede de tan importante evento. Muchos jugadores que han jugado antes de aquella fecha no podrían creer el estado en que se encuentra ahora mismo el campo.

Por supuesto, todos sus cambios no han llegado gratis: 40 millones de euros invertidos, un nuevo director, un nuevo Head Greenkeeper (español además, Alejandro Reyes) y muchísimas horas de trabajo sin pausa, incluyendo nueve meses en los que el recorrido tuvo que cerrarse. Imaginen esa inyección de recursos en su campo y a ver si son capaces de no ilusionarse. Es justo lo que Bushnell ha pretendido enseñarnos hace unos días en el Marco Simone Golf & Country Club, sede de la Ryder 2022 en Roma.

El Circuito Europeo, en aras de seguir visitando grandes capitales del viejo continente y poner su granito de arena para que el golf dé el salto definitivo fuera de las islas británicas, ha apostado por un recorrido situado a veinte kilómetros de la gran capital italiana. Hemos podido jugarlo y aquí os cuento algunas impresiones:

– El recorrido desde barras blancas no es excesivamente largo. Solo un hoyo supera con claridad los 400 metros (el 18, jugado ligeramente cuesta abajo), situándose la gran mayoría alrededor de los 350. European Golf Design, la empresa encargada de la remodelación, a buen seguro propondrá nuevos tees de salida más alejados en algunos de estos hoyos.

El recorrido desde barras blancas no es excesivamente largo

– Jugar al draw tiene recompensa. La gran mayoría de hoyos del campo giran a la izquierda desde el tee de salida.

– Este campo exige saber mover la bola. A pesar de tratarse de un campo parkland bastante abierto, hileras de árboles a ambos lados de la calle junto con continuos doglegs obligan al jugador a plantear golpes que curvan hacia ambos lados. No se van a aburrir aquellos a los que les guste el Shot Tracer por televisión.

El Marco Simone recompensa al jugador de draw y obliga a mover la bola

– Los greenes, que jugamos en condiciones bastante duras, van a ser todo un desafío. Es la principal defensa de este campo, que al no contar con muchos metros de longitud sabe defenderse bien con pianos y múltiples caídas.

– El desnivel de los hoyos es considerable. Muy parecido en este sentido a la Real Sociedad Hípica Española Club de Campo, en Madrid. Prácticamente cada hoyo del recorrido tiene un desnivel de, como mínimo, un palo.

Un campo con desniveles muy importantes y unos greenes muy movidos

La experiencia de ver un recorrido en estas circunstancias, previo a una remodelación tan considerable, fue un campo de prácticas perfecto para probar el último material de Bushnell, organizador del evento. Desde el pequeño Bushnell Phantom, al reloj GPS iON2 o la adición estrella de la marca a su catálogo, el Hybrid, donde la tecnología láser se une a la GPS.

Hablar de la precisión de un dispositivo como éste hoy en día es una obviedad, más si viene de la mano de la marca que usa más del 90% de jugadores del PGA Tour y que domina el mercado mundial con un abrumador margen de ventaja sobre sus más inmediatos perseguidores. Pensar en cómo ha evolucionado la tecnología desde que hace no mucho estuviéramos utilizando bolas con cuerdas en su interior o drivers de madera da vértigo.

*Enrique Soto es profesional de la PGA Británica y su cuenta de twitter es @esoto

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