Por Rafael González Caballero, Corresponsal de Ten-Golf en Estados Unidos
La 'advertencia' de Steve Williams, caddie de Tiger Woods, en el último número de la revista Golf Digest puede ser demoledora. En un magnífico artículo firmado por Jaime Díaz se repasan los últimos meses en la vida y el juego del número uno del mundo …
Las conclusiones que uno puede sacar después de esta lectura no son nada halagüeñas para el común de los profesionales 'mortales' del golf.
Me ha llamado la atención cómo se describe a un Tiger sensiblemente taciturno después de la muerte de su padre en mayo de 2006. Su victoria en el British de ese año (aquel famoso abrazo en el green del 18 de Hoylake con Williams…) pareció disipar cualquier duda, pero en realidad, a pesar de sus buenos resultados (Tiger es capaz de ganr sin su mejor juego) la ausencia de Earl Woods a su lado le estaba pasando una factura muy alta. De hecho, algunos baches en su juego le impidieron, por ejemplo, alzarse con el triunfo en los tres primeros 'majors' de 2007. Algo no iba bien.
Tiger, de algún modo, se culpaba por no haber estado más con su padre, un 'error' que está subsanando en la actualidad con su hija, Sam Alexis (nacida el pasado mes de junio). Aclara Tiger, para desgracia de sus rivales, que este cambio de táctica le ha hecho mejor persona… Y mejor jugador.
Además, su trabajo con Hank Haney, parece haber llegado a su cénit. Tiger, al fin, ha interiorizado y 'comprendido' su nuevo swing, condición indispensable para la mejora. Después de un mal British 2007, Steve Williams daba por hecho que Tiger se encerraría en el campo de prácticas, pero no fue así. En ese tiempo, y hasta su reaparición en el Bridgestone Invitational de finales de julio de 2007, el trabajo del número uno fue más que nada mental. A partir de entonces comienza el recital. Y no sólo de resultados (ganó cuatro de los cinco torneos que disputó: Bridgestone, PGA, BMW y The Tour; y quedó segundo en el otro, Barclays). Asegura Williams que en todo el tiempo que llevan juntos (y han pasado ya unos cuantos años: forman 'pareja' desde 1999) es ahora, sin ninguna duda, cuando Tiger está jugando mejor. Un ritmo perfecto con todos los palos y con una regularidad monstruosa…
Así las cosas, tratándose de quien se trata, cabe preguntarse si no será 2008 el año en el que Tiger Woods se vuelque al ciento veinte por ciento en la conquista del 'grand slam', los cuatro grandes. Steve Williams, se lo aseguro, anda frotándose las manos después de comprobar en el Target World Challenge del pasado diciembre, que la maquinaria del 'jefe' se mantiene al nivel del periodo julio-septiembre de 2007.
