Solamente un par de detalles después de ver cómo se mueve por el campo José María Olazábal. Esta clase, evidentemente, no la ha escrito él, es sólo un reflejo del ejemplo que él da cuando juega al golf…
1. Es algo habitual en Chema, pero no en todo el mundo y podríamos tomar buena nota los amateurs, porque el golf no debería perder estos gestos: a Olazabal le gusta andar deprisa por el campo, así que no es extraño ver cómo llega siempre el primero a los greenes. Y lo primero que hace es arreglar su pique… y el de su compañero o compañeros. Lo de arreglar el pique del compañero es de nota… Arreglemos al menos el pique propio.
2. Es casi imposible ver a Olazábal pidiendo silencio al público cuando va a ejecutar un golpe. Si nota que algo le molesta basta con una mirada a su caddie para que éste actúe. Sin embargo, no se corta en ser él mismo quien pida con educación a los aficionados que guarden silencio, o bien que se estén quietos, si el que va a ejecutar su golpe es un compañero de partido.
3. Un último detalle. Cada vez son más habituales los gestos de rabia de los jugadores con un palo en las manos cuando el golpe no ha sido el deseado: golpean contra el suelo, lo tiran o lo dejan caer de las manos, golpean contra unas matas, contra un arbusto… Nadie es perfecto y la adrenalina y frustración, juntas, son un cóctel explosivo. Chema puede llegar a jurar en arameo casi en un susurro, pero el palo siempre vuelve a la bolsa sano y salvo. Autocontrol.
