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De catafalco y oro viejo

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Por Pablo Aparicio, caddie del Circuito Europeo

Más viejo, transido y aplomado. Así pasó mi día. Semana sin bolsa al hombro para mí, y sigo en Barcelona como no queriendo irme de donde nos cayó el mazo de tu muerte. Seve…

De catafalco y oro viejo llevo vestida el alma, de fúnebre y con el oro marchito de brillo, pensando en tus cenizas, esparcidas por tu finca; los 369 árboles te tienen erudito esenciando ya sus raíces. Te dejaste la espalda en los campos, la cabeza en la obsesión por ganar y ahora estás en el cielo mirando a todos los campos de golf. Subiste allí tras varios milagros: luchar versus tumores, traer la Ryder versus dirigentes y habiendo marcado tu hecho diferencial, el talento insultante que aplastó al sincretismo que imperaba; hacer pagar la entrada para que te vieran hacer lo que nadie soñaba a cien golpes por palo y asustar con tu fuerza. Tienes ahora la fuerza repartida entre los millones que te admirábamos…

No quería más minutos de silencio tras ese 26 de Octubre del 99, por Payne Stewart en Montecastillo. Llorábamos por la explosión de su avión, esa rápida descompresión que acabó en drama; seguíamos llorando y eso que no era de nuestra familia. Seve sí, por lo tanto, creo que en este caso aún no comenzó el llanto, ni la digestión. Se destapó mi patrón de esa semana, José Coceres, con un 64 inicial en ese VOLVO MASTERS que ganó Jiménez con un 65 de domingo irreal.

Montgomerie ha estado hoy en tu pueblo y habrá recordado cuando a las puertas del hipódromo del parisino ST. CLOUD le hiciste claudicar junto a su partner Woosnam, con tu as en la manga Chema. Érais, y sois, la mejor pareja posible de todos los tiempos.

Trufaste la final match play del 94 con 7 doses en 36 hoyos ante Ernie Els. Esas cosas no pasan más, se gane o se pierda… Y así seguiríamos el día y la noche musitando en el anecdotario las primeras etapas triunfantes, las últimas achacoso, porque lo habías dejado todo y aún querías más… Ése 40-30 para 70 en Madeira, donde decías que 40-30 era tenis, pero tu lo habias hecho al golf.

La guasa, la sorna y el rintintín con el quilate de la sonrisa iluminando, aunque pintasen bastos. Llevabas a los palos a Billy Foster al principio de los 90, otro superdotado que con menos de 30 años ya trabajaba para tí. Triunfos y broncas. Un día me dijo Billy la clave para trabajar para SEVE. Muy sencillo: "talking but not too much" (hablando pero no demasiado). Porque a la fuerza creativa y al don de la invención, con ser buena persona y dejarlo trabajar sobraba. Hoy Billy está con LEE WESTWOOD. El espectáculo debe continuar. 'Show must go on', dijo Mercury.

Descansa en paz, SEVE, con el deber cumplido. En la iglesia de tu pueblo caben 90 personas. Pero fuera de ella, en el planeta tierra, todos los que te aplaudieron te rinden pleitesía.

Pablo De Luxe (un caddie).