El sentido común sí que ha sido de manera habitual el más común de los sentidos en la trayectoria de Vicente Del Bosque como seleccionador. Tan sólo se hizo el interesante en una ocasión, dejando en el banquillo en Brasil 2014 al mejor portero del mundo en aquellos momentos, Víctor Valdés. Y las consecuencias fueron desastrosas.
Del Bosque sabía igual que usted y que yo, además, que Iker pasaba en aquellos momentos por su peor momento profesional. Era un manojito de nervios, una sombra bajo los palos. Sin embargo, se agarró a no se sabe qué códigos futboleros, a no se sabe qué estúpido concepto de la jerarquía o errónea definición de la lealtad…
Con la portería no se juega.
Esperamos todos que Don Vicente lleve bien aprendida la lección a la Eurocopa. De Gea puede pifiarla como cualquiera, por supuesto, pero se encuentra en una dimensión muy superior a la de Casillas. Muy, muy superior.
