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Despido a pie de green

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Por Rafa González Caballero

Corresponsal de Ten-Golf en USA

El Open de Canadá nos dejó un detalle sintomático de lo que es el golf de alta competición. En gran medida pasó desapercibido, pero revela la realidad del día a día de los profesionales del golf. 

Durante la primera vuelta del torneo, Jay Williamson despidió a su caddy Mike Mollet en el green del hoyo 14 del Angus Glen North Course. No es que le dijera adiós, sino que le dijo que se fuera, que ya no trabajaba para él, y pidió a un espectador que le hiciera de caddy para los cuatro últimos hoyos …

Esto no es la primera vez que sucede y seguramente no será la última, pero no deja de sorprenderme cada vez que lo oigo. Tal vez espere demasiadas buenas maneras de unos profesionales del golf que se juegan las habas en cada golpe que dan. Siempre he pensado que el golf es un deporte de gestos, de detalles, de unas maneras casi toreras. Un despido a pie de green no parece hacer justicia a esta imagen. 

Y todo por un quítame allá esas pajas. Estaban en el tee del par 3 y Mollet indicó a Williamson que el viento soplaba cruzado de derecha a izquierda. Williamson golpeó con un hierro 9 que cayó largo y a la izquierda. Luego, Williamson hizo un pésimo golpe de aproximación y dejó la bola a unos diez metros de bandera. Entonces la discusión comenzó. Williamson le decía a Mollet que el viento soplaba de tee a green, y no cruzado, pero Mollet le rebatió. Lo que se dijeron entonces está abierto a debate y concluyó con el despido de Mollet, que en su camino a la casa club tiró unas cuantas bolas de Williamson al agua. Y lo mejor de todo es que esta pareja había pasado los cinco últimos cortes a los que se había enfrentado y en ese momento iban al par del campo.

Tal vez la intensidad en este juego no resulte aparente para muchos espectadores, pero se percibe en cada gesto, en cada mirada, en cada angustiosa decisión. Hace unos días se hablaba del uso de sustancias prohibidas con motivo del Open Británico y ahora hablamos de ataques de genio incontrolado. Pero la grandeza de los grandes del golf también debe manifestarse en su capacidad de controlar las situaciones. La profesionalidad no es sólo trabajar para ser el mejor con el palo, sino tratar de serlo con la cabeza. Y si no te gusta el caddy, pues le echas, pero no en el hoyo 14.

Todos hemos tenido ganas de partir un hierro 7 contra el suelo o en la espalda de un inadvertido compañero de partido después de una mala ejecución o de una apresurada decisión. Pero una cosa es tener ganas …