Andanzas y menesteres de un hidalgo caballero español en Asia
Sólo Edwin, camarero de cabecera, natural de Évora, 64 de edad, casado y residente en Macao aguanta aquí conmigo. Estamos en la China portuguesa, mirando al mar, con Hong Kong y su sabor inglés a un lado, y la China de verdad al otro. Tiempo para pensar. Cuántas cosas dice el mar y cuántos cambios resiste.
Viento de todas partes, 14 grados y los nativos al límite de la congelación. La terraza acristalada nos preserva del ruido del rompeolas y nos anima a la charla, de pie o sentados, lo mismo da. Para chinos, filipinos y portugueses, acostumbrados a doblar el Celsius, esto es un día para no salir de casa, hirviendo a cada rato agua para las infusiones.
Edwin, bragado en la noche de Sintra, coctelero de París en su juventud y docto en lo mejor de Hong Kong, donde tambien fue Maitre, ha llegado a un momento donde la vida no le engaña, lo sabe todo, y lo que no sabe no merece la pena saberlo. Estoico aún sin clientes, mirando a las esteras, pajarita y manos atrás, siempre diligente y elocuente como por ley.
Nadie tira bolas ahí fuera, sólo una persona en el putting green, sí, ésa que hay en todos los clubes, que siempre está, y que aunque muera, su presencia es perenne, porque ha buscado en el golf el paraíso en vida, la calma, el sosiego, el sitio para pensar, el tapiz para olvidar, el ocio, el negocio, la excelencia…
Ahondamos en confesiones, en recetas culinarias, en secretos macaenses… De esta guisa, sale a relucir el Club Militar, donde se cocina, segun Edwin, la mejor ternera a la jardinera del mundo. Es un club privado y las reservas se hacen a través de la embajada, gestión que, por supuesto, pasamos a realizar de inmediato.
En la mesa habitan un café con leche, estilo macao/hong kong, y un sobre con un pastel de huevo. Un poco más abajo, sólo este negro sobre blanco, en papel y lápiz de caddie, o de albañil.
No me hago yo a Vázquez Montalbán, Manolo, que se vino a morir a Bangkok hace ya 11 años, escribiendo en una tablet, con el confort que ofrece un lápiz de St. Andrews y su relacion precio calidad. Además, nunca se quedará sin batería porque en Escocia, si hacen un lápiz, lo hacen, nada de sucedáneos.
Prosigue ahora Edwin sin bagatelas, tocándome el hombro porque hay confianza y los idiomas vecinos son sencillos de entender. Me dice que este pastel de huevo es un hojaldre de convento, con medio flan de Casa Lucio dentro, pero caliente. y así todo me queda mucho más claro. Sabía que nada que no fuera brillante saldría a la mesa aquí.
En el entre tanto, el nutrido servicio filipino celebra la ausencia de clientes con motivo, ya que se acerca el desenlace de las dos telenovelas más vistas de Asia, que se emiten seguidas: Analizza y María Mercedes. La cosa está que arde, para no perder detalle. Se preguntan entre ellos, ¿se casarán, con quién?
Son temas trascendentes que anulan el mediodía por absorción mental. Es como no ver la prórroga del España-Brasil en la final del Mundial el verano que viene.
Mr. Locker Room Insider World
