Inicio Blogs Firma Invitada Entre la fabada y el plato de pasta

Entre la fabada y el plato de pasta

Compartir

Por Bartolomé Quirós, profesor de la Duquesa Country Club y profesional de la Federación Andaluza de Golf

 

Image

Scott Strange celebra su victoria en Gales

 

El circuito europeo nos ha dejado este fin de semana una imagen que puede servir de enseñanza para cualquier aficionado…

La historia no pasó de ser una anécdota, pero pudo haberle costado muy cara a su protagonista: Scott Strange.

El australiano, que ayer se impuso en el Open de Gales, pasó por un momento muy delicado en la parte final de su tercera ronda. Hay una cuesta que separa el green del 14 y el tee del 15 y Strange comenzó a sentirse mareado en el camino. Cuando puso la bola en el tee estuvo a punto de caerse hacia adelante y su siguiente golpe apenas avanzó 31 yardas. Se recuperó después de comerse un plátano, algo de chocolate y beber agua.

Y es que la hidratación y la alimentación son casi tan importantes como una buena preparación física. A los niños de nuestra escuela siempre les decimos lo mismo: en tu bolsa nunca puede faltar un plátano, una manzana y una botella de agua.

Pero el buen hábito alimenticio empieza mucho antes de que empiece un torneo. Cuando estamos en una concentración y vamos a disputar un campeonato, tres horas antes de que salgan al jugar ya tienen que haber comido. El menú siempre es el mismo: un plato de pasta, no excesivamente abundante, para que no se sientan pesados.

Después, durante el recorrido, el consejo es que cada tres o cuatro hoyos den dos o tres tragos de agua y un par de bocados al plátano o a la manzana. Nunca deben comérselo entero del tirón. Los niños también pueden llevar en la bolsa unos frutos secos, pero deben ir comiéndolos poco a poco, sin atiborrarse. También son muy buenas las barritas energéticas, pero hay que hacer lo mismo: comer poco a poco.

Recuerdo una anécdota significativa en un campeonato interterritorial que jugamos en La Barganiza…

La final se disputaba a 36 hoyos, con un pequeño descanso entre los primeros 18 y los segundos. Nuestros niños se comieron un plato de pasta, mientras que los otros finalistas se comieron una fabada. Nosotros ganamos y estamos convencidos de que la fabada influyó.

Es un manjar exquisito para comérselo un lunes que no hay competición, pero durante el torneo es mejor dejarlo a un lado.

Por último, después de jugar 18 hoyos, nuestra recomendación es que reposen un poco y después de coman algo de ternera, fruta y una ensalada.