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Ese 14 de 14…

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Por David Durán

Si yo fuera un grande del golf mundial y aspirara a disputarle a Tiger un torneo, siquiera una sola vez, estaría realmente preocupado con ese 14 de 14 en Muirfield Village que firmó el domingo pasado…

El número uno del mundo cogió todas las calles. Todas. Con las maderitas, pero también con el driver.

En realidad, por ahí despunta la gran novedad de este nuevo Tiger, rodilla izquierda ‘biónica’ incluida. Porque, si hacemos memoria, ya en su reaparición en el Accenture anduvo bien desde el tee. Sorprendentemente, hasta la semana pasada, la otra ‘novedad’ en el juego del Número Uno era negativa: salvo en jornadas determinadas Woods se había mostrado humano (y hasta fallón) con los hierros y con el putter. Lo vimos en Doral. También en Augusta. En el Memorial, al fin, equilibraba su juego.

Comprueben la fría estadística (traicionera en ocasiones, es cierto, pero insobornable). Una comparación entre 2008 y 2009 es, además, bastante adecuada, puesto que en 2008 llegó a disputar seis torneos y en 2009 lleva siete, en el mismo tramo de la temporada y coincidiendo varios de los campos (Bay Hill, Doral y Augusta National). Destacan tres puntos:

1. En 2009 ha mejorado sensiblemente su media de calles cogidas: 61,90% (puesto 89º en el ranking), comparado con el 57,8% en 2008 (169º en el ranking). No olvidemos que cuatro puntos porcentuales son a todos los niveles, pero sobre todo en el de la élite profesional, una auténtica burrada. Desde su misma reaparición, así pues, ha sido más consistente desde el tee.

2. Sin embargo, hasta ahora estaba cogiendo muchos menos greenes: 65,51% en 2009 (70º en el ranking), por el 71,39% en 2008 (1º en el ranking).

3. Y su media de putts en greenes en regulación también estaba siendo mucho más floja: 1,753 en 2009 (44º en el ranking), 1,735 en 2008 (3º en el ranking). Lo dicho, créanme: dos décimas de diferencia en esta estadística son un mundo, y ahí está el ranking para confirmarlo.

La disección detallada que realiza el PGA Tour del juego de cada profesional confirma estos números generales, evidentemente. Espero no abrumarles con tanto número, pero permitan que destaque las cuatro cifras más demoledoras:

Vamos primero con los hierros medios: en los tiros desde calle entre 175 y 200 yardas (160 y 183 metros), Tiger cogió un 70,37% de los greenes en 2008 (puesto 1º en el ranking), comparado con el 52,94% de 2009 (104º en el ranking); y en los tiros desde calle entre 150 y 175 yardas (137 y 160 metros), Tiger cogía el 79,59 % en 2008 (1º en el ranking), cifra muy superior a ese 55,5% mostrado hasta la fecha en 2009 (158º en el ranking).

Y ahora nos metemos en los greenes: en los putts de entre 5 y 6,5 metros, aproximadamente, Woods embocaba en 2008 un 29,17% de las veces (2º en el ranking), muy por encima del 15% mostrado hasta hoy en 2009 (127º en el ranking); y en los putts de entre 6,5 y 8 metros embocó en 2008 un 18,18% de las veces (8º en el ranking), por el 7,4% de efectividad mostrado en 2009 (151º en el ranking).

Moraleja: estamos ‘apañaos’ si se confirma la tendencia del Memorial, donde Tiger ha recuperado y hasta mejorado sus porcentajes habituales de greenes en regulación y putts… Porque con esos índices de calles cogidas se convertiría, definitivamente, en un ser llegado de otra galaxia.

Quien más, quien menos, esperaba que el Número Uno fuese ajustando su juego desde la calle y en los greenes, pero afortunadamente el golf se pelea habitualmente con las matemáticas, y no podrá mantener esos registros desde el tee… ¿O sí? Que Dios nos coja confesados a todos si persiste, aunque sea de lejos, en ese 87% de calles cogidas durante los cuatro días de torneo en el Memorial. De acuerdo: asistiríamos a un festival permanente, todos con la boquita abierta y babeando, pero aburridos al fin y al cabo.

Dicho todo esto, permitan un par de apuntes desmitificadores:

Tiger ha trabajado al máximo de su rendimiento algunos aspectos de su juego desde hace mucho más tiempo del que se viene diciendo. Voy más allá, aunque ustedes puedan tacharme de osado o cretino: ni siquiera hay que creer a pies juntillas lo que diga el propio Tiger, que al fin y al cabo es el que menos excusa sus deficiencias. Es pura lógica: los médicos que operaron a Woods le arreglaron los ligamentos de su rodilla izquierda, pero no instalaron en su cerebro una mira telescópica que le ayudara a coger más calles.

Hay quien se empeña en agrandar una leyenda que, en sí misma, es ya casi infinita, y nos hablan de determinados tantos por cientos de un modo sonrojante: que si está todavía al 90 o, no se lo pierdan, al 95 por ciento de su capacidad física y técnica, así en general. Nadie está al ciento por ciento siempre, cada torneo, cada jornada, cada golpe… ¿Qué dirán entonces si no gana el Open USA? ¿Dirán que ha bajado a un 80 por ciento de su capacidad? ¿Y si lo gana? ¿Dirán entonces que ya ha alcanzado su cénit, su ciento por ciento? Dejemos los tantos por cientos para las estadísticas concretas, de otro modo se acaba haciendo el ridículo.