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La deuda ya estaba saldada

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Editorial Tengolf

La Ryder 2018 se ha ido a París. No hay sorpresa en la elección. Decepción, mucha…

Volvamos al principio de esta historia. El European Tour y, más en concreto, el Comité de la Ryder, dio  garantías a la candidatura española respecto a que el hecho de haber acogido en Valderrama la Ryder de 1997 no debía suponer un lastre para sus aspiraciones… Ya, ya.

Propongamos ahora la cuestión en 'pasiva': ¿hubieran tenido siquiera una mínima opción el resto de candidaturas de no haber acogido España la Ryder del 97, con un proyecto tan atractivo como el de Madrid 2018, y aunque la propuesta francesa sea realmente completa y magnífica? Ni una sola. La decisiva importancia del golf español en la revitalización de esta cita bianual era (y es) demasiado abrumadora.

Así pues, y dicho en caliente, desde la más honda decepción: esa decisiva importancia del golf español en la revitalización de la Ryder, histórica y deportivamente, no da para tanto. No llega para acoger una segunda edición, ni siquiera manejando una candidatura como la de Madrid 2018, tanto o más atractiva que las demás.

La irrupción de Severiano fue mucho más allá de su excelencia como jugador. Más allá de los birdies y los eagles. Porque fue su arrollador magnetismo lo que hizo creer a todos que se podía competir y tumbar a los americanos, fue su carisma la energía que de verdad transformó un evento mediocre en una cita planetaria. Esto no es ningún invento. Así lo han repetido hasta la saciedad Nick Faldo, Sam Torrance y tantos otros, antes incluso de que nada se supiera del maldito tumor que se ha llevado por delante a Seve.

La trascendencia capital de la irrupción de Severiano Ballesteros a la hora de transformar este evento en lo que hoy es (un maná de ingresos, entre otras cosas), quedó ya saldada, o eso parece, con Valderrama 97. Que nadie se haga ilusiones: la Ryder no volverá a España hasta que haya visitado unas cuantas plazas más de la Europa continental.

El negocio no contempla nada que no sea el negocio. El negocio sólo mira por el negocio. Y hasta cierto punto tiene todo el sentido del mundo que el negocio que mueve la sociedad Ryder Cup Europe, pretenda sembrar golf  (y negocio, por tanto) en otros lugares a través de la pasión que sólo la Ryder despierta.

Ay, la pasión… Desde aquí vaya nuestro rendido homenaje a todos los jugadores españoles que, con Severiano Ballesteros al frente, colmaron, colman y colmarán la Ryder de pasión.