Llevábamos tiempo rumiando esta opinión. Qué está pasando con los torneos profesionales en España y qué está haciendo al respecto la Real Federación Española de Golf. El asunto lo metimos en la nevera por una cuestión de prudencia y credibilidad. No estábamos por la labor de que ninguna mente con aviesas intenciones pudiera pensar, imaginar o deslizar que estábamos tratando de influir en el proceso electoral a la presidencia. Una vez consumada la reelección de Gonzaga Escauriaza como presidente creemos que es el momento.
No descubrimos América al constatar que España ha perdido muchísima presencia en los calendarios del European Tour y del Challenge Tour, los dos grandes caladeros de golfistas profesionales en el Viejo Continente. Hemos pasado de ser una referencia a tener una presencia casi testimonial. Que sí, que si la crisis, que si lo agujeros en las arcas públicas, que si tal, que si cual. La cantinela de la crisis toca ya a su fin y, sobre todo, no puede ser una excusa eterna. Tendrán que buscar otras soluciones los que se encuentran en la posición de poder hacerlo.
Es una cuestión de cantidad y calidad. A día de hoy sólo hay un torneo del European Tour confirmado para 2017 en España (Andalucía Valderrama Masters) y no hay ni rastro de la Federación Española en él. Cero implicación. Es más, por no estar, ni siquiera acudió a la presentación de ayer aunque fuera para apoyar de manera institucional. Si estuvo una notable representación de la Federación Andaluza, pero de la central nada. Chirría que en el torneo más importante que se va a celebrar en España en los últimos cinco años no hubiera nadie de la Federación Española.
En el Challenge Tour, más de lo mismo. Veremos si hay uno o dos torneos y, además, todo apunta a que será con una bolsa de premios cortita, al estilo del año pasado, con dos pruebas de 170.000 euros. No se extrañen luego de que este año ningún español haya conseguido la tarjeta del European Tour a través de la Escuela y que sólo Pep Anglés haya logrado la machada por el Challenge.
A los profesionales españoles les está costando llegar a la élite y, aunque no es la única causa, lógicamente, sí que es una razón importante. Tienen menos oportunidades de competir en casa y por bolsas de dinero muy bajas. No decimos que la Federación Española tenga que poner el dinero, pero al menos sí debería poner toda la carne en el asador para que haya patrocinadores dispuestos a apostar por el golf. Desde luego, a día de hoy parece que no están poniendo todo de su parte en este sentido.
Mientras, en Alemania tendrán el próximo año sólo en el European Tour tres torneos (y a Alemania no le han dado tampoco la Ryder), en Portugal hay otros dos confirmados y en Francia hubo este año tres citas en el Challenge Tour con una bolsa mínima de 200.000 euros, además del Open de Francia, uno de los torneos referentes en el European Tour.
Resulta bonito y glamuroso tener presencia cada año en el Augusta National y el British Open, pero quizá sería más práctico e interesante que, por ejemplo, la Federación abanderase un torneo que cada temporada fuese referencia en el calendario del Challenge Tour.
Si al menos la Federación echara el resto apoyando al recién recuperado circuito nacional, pues tendríamos algo, pero la realidad es que, aunque le apoya, nos queda la sensación de que se podría hacer mucho más.
Después, no deberíamos sorprendernos si alemanes, franceses y suecos nos pasan por la derecha, tal y como está ocurriendo, a la hora de meter jugadores en el Circuito Europeo. Señores, hay que espabilar y volver a situar al golf español profesional en el lugar que se merece en el calendario de torneos. Porque eso vende golf, crea afición y promociona la marca España.
