El neceser, la ropa interior, polos a punta pala, el portátil que no se olvide… El martes por la noche hacía el repaso mental (pensar antes de ejecutar) de la maletita que, por supuesto, hice a todo trapo el miércoles a las siete de la mañana para venir a Valderrama. Previsión española. Antes, el lunes, ya andaba dándole vueltas al coco: va a hacer un sol de justicia, ¿dónde estarán las gorritas? Sólo encontré una de Ibiza (donde no he ido en mi vida, júrolo) y pensé que los colegas me sacarían a gorrazos, nunca mejor dicho, de la sala de prensa no por promocionar la isla, sino por creer falsamente que fue adquirida tras una noche loca ibicenca. Total, que me voy por las ramas: me vine sin trapo alguno que echarme a la cabeza. La mañana estuvo encapotadita y fue llevadera, pero por la tarde, Virgen santa, casi me da un soponcio y tengo la cara horneada.
Vuelve el marciano: ya son seis vueltas seguidas por debajo de 70 en Valderrama
De gorra (qué bien traído) no podré ir al almuerzo de mañana en la carpa VIP con autoridades y demás personalidades del colorín. Debo decir, y digo, que sólo me invitaron el año pasado, pero ha sido llegar la derecha al poder… y ponerse a ahorrar gastos. Soy uno de los damnificados. Todo sea por Andalucía. Quedarme fuera de la convidá lo puedo sobrellevar, pero que no venga ni el presidente de la Junta ni el vicepresidente (al alimón responsable de Turismo) ni ningún consejero de la remozada Junta sí que no paso. La cosa tiene su miga porque con todos los palos que se ha llevado el golf históricamente por asociarlo a la derecha y cero personas del Consejo de Gobierno. Ni azules ni naranjas. Vendrá, eso sí, el viceconsejero de Presidencia y de Turismo, Manuel Alejandro Cardenete.
Bueno, vayamos, ahora sí, a mis apuntes, que haberlos haylos. Primera ronda del Andalucía Masters. ¡Quién da más! Perdón, olvidaba otro motivo de desconfort. ¿Por qué los marcadores que van en los partidos con los resultados de la terna no tienen la letra eñe? Canizares o Fernández-Castaño deberían hacer algún tipo de reclamación, hombre, por Dios. La web del European Tour sí incluye tan español grafema, pero omite la tilde en algunos apellidos (García o Quirós, sin ir más lejos), no así en Larrazábal u Olazábal.
Porteous logra el primer albatros ‘fantasma’ de la historia de Valderrama
Siento la negatividad del artículo. Trataré de virar el rumbo y darle otro tono al texto. Descubrimos que Víctor García, padre del fabuloso jugador, ha creado escuela. Él sigue las rondas de su hijo con un hierro en las manos, una manía como otra cualquiera, copiada (hablo sin confirmarlo) por el progenitor de Eugenio López-Chacarra, el amateur que cerró su estreno con un gran par total.
Otra curiosidad. He visto sonreír a Thomas Bjorn. El capitán europeo de la última Ryder sí estaba como unas castañuelas en París, pero en los torneos del circuito tiene malas pulgas. Embocó un birdie en el 17 y, voilà, regaló ese amable gesto. Muy agradecidos.
Más noticias buenas. No hay ingleses entre los 10 primeros… Vale, tampoco es para lanzar las campanas al vuelo, pero siempre queda el resquemor de la Armada Invencible. Ojo, encabeza la nómina el lánguido McEvoy, undécimo con -3. Los demás están del vigésimo primer puesto hacia atrás. Ahora bien, no hay alegría sin lamento: los franceses han colocado a dos piezas, el líder Víctor Pérez (ambos sin tilde por su galicismo) y Matthieu Pavon están en los puestos delanteros, con Mike Lorenzo-Vera bien situado.
Salvó el honor hindú, bravo por él, un hombre con pinta de actor secundario en una producción musical de Bollywood: Gaganjeet Bhullar (-3). Me molesta que esté tan huérfano por los pobres resultados de S. S. P. (impresionantes sus tres nombres de pila: Shiv Shankar Prasad) Chawrasia, Shiv Kapur y el joven Shubhankar Sharma, ganador con sólo 22 añitos de dos torneos y que cierra la tabla sanroqueña.
Al mismo Arnaus le sorprende lo complicado que está siendo encontrar un caddie
El clásico atasco del 15 hizo que me tostara más al sol. En algunos momentos se reunieron en el pequeño tee hasta tres partidos con otros tantos jugadores. Si se ponen, echan los nueve un dominó y una pocha. Mañana lo mismo me llevo las cartas. Allí diseccioné de arriba abajo a dos hombretones que más que caddies parecen guardaespaldas. Llevan las bolsas de Adrián Otaegui y Scott Hend, que jugaron juntos. Más vale cerrar el pico antes de que golpeen sus jefes porque el sopapo de cualquiera te manda a Estepona. Ésos eran mis sesudos pensamientos mientras observaba con una solanera abrasadora, y sin gorra, a semejantes bigardos (dicho esto con cariño y remitiéndome a la tercera acepción del DRAE, no a las dos primeras).
