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La Solheim Cup Junior, como síntoma preocupante de nuestro golf

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Verano de 2019, mes de agosto, la mayoría de la gente de vacaciones y las golfistas se muerden las uñas esperando la decisión de la capitana Catriona Matthew que, una vez disputado el Open de Escocia, anuncia la lista de las jugadoras que formarán parte del equipo de la Solheim Cup el próximo mes de septiembre en Gleneagles, Escocia.

¿La Solheim? Se pregunta más de un aficionado al golf mientras lee en vertical las noticas más destacadas en su tablet. “Ah, sí, la Ryder Cup femenina”. Cierto es que le lleva dieciséis ediciones de ventaja a esta competición que surgió al rebufo de la Ryder, pero poco a poco va tomando más impulso y más peso en nuestro país, donde todo apunta a que sea donde se dispute próximamente.

De momento, ya está el equipo decidido para Gleneagles, y en él hay dos españolas que se han clasificado por derecho y por méritos propios:

Carlota Ciganda y Azahara Muñoz, nuestras mejores golfistas. Se han ganado a pulso estar ahí por rankings Europeos y Mundiales y será la cuarta edición que disputen ambas. Y además, tienen un historial de puntos significativo para lograr la victoria.

Fantaseábamos hace unos meses con la idea de que Catriona Matthew, la capitana, le echase el lazo a Nuria Iturrios, merced a sus cuatro victorias logradas este año, y fuese una de las elegidas. Aún sin recuperarnos de la decisión de Thomas Bjorn de no incluir a Rafa Cabrera en la Ryder, que es la Solheim Cup de hombres ;), el no elegir a la mallorquina nos ha escocido un poco, pero llegará su momento y será muy pronto.

Catriona contará con uno de los equipos más potentes de la historia del equipo europeo; creo firmemente que si hubiese tenido que tomar su decisión sin mirar los rankings hace un par de meses, habría elegido a todas las que se han clasificado no solo por su situación actual sino por su historial a nivel individual y por equipos, lo cual es determinante en esta competición.

Será casualidad o no, pero lo cierto es que prácticamente todas las jugadoras del equipo europeo, y más de la mitad del equipo americano, se clasificaron en su día para jugar la Ping Junior Solheim Cup, donde se enfrentan en el mismo formato las jugadoras menores de 18 años.

Esta competición arrancó en el año 2002, y la primera capitana del equipo europeo fue Marta Figueras-Dotti, que tuvo el honor de dirigir a un equipo con nada menos que 7 españolas de las 12 que forman la escuadra: Carmen Alonso, Emma Cabrera-Bello, Inés Díaz-Negrete, María Hernández, Azahara Muñoz, María Recasens y Elisa Serramiá. Eran años donde las españolas lo ganaban todo. En la siguiente edición, en 2003, Emma Cabrera-Bello, María Hernández, Belén Mozo, Azahara Muñoz y Adriana Zwanck formaron parte del equipo ganador de las pequeñas promesas; dos años más tarde eran otra vez cinco las españolas en el equipo: Carlota Ciganda, Belén Mozo, Azahara Muñoz, Beatriz Recari y Marta Silva. A partir de ahí, el número de españolas empezó a descender…

En 2007 Carlota Ciganda y Marta Silva fueron protagonistas de la victoria; en 2009 se clasificaron Anna Arrese y Ana Fernández de Mesa; en 2011, Luna Sobrón fue la única española, en 2013 fue Harang Lee, en 2015 jugaron María Parra, Ana Peláez y Marta Pérez Sanmartín, una de las dos españolas que jugaron recientemente en Augusta.

Y ahí se acaba la historia de las españolas en la Ping Junior Solheim Cup, cuatro años de sequía con dos ediciones de por medio, lo cual es preocupante. Hay expertos que restan importancia a esta competición, y aseguran que a esas edades todavía hay mucho por demostrar y muchas oportunidades de clasificarse para el equipo soñado por cualquier profesional de golf.

¿Qué dato nos arroja todo este mareo de nombres y números? Que si miramos al equipo tanto europeo como norteamericano de la Solheim, la mayoría se clasificaron para sus respectivos equipos en la Ping Junior Solheim Cup cuando eran menores de edad y soñaban con llegar algún día a la mayor competición de golf. Que si queremos tener representación española en la Solheim, habrá que trabajar por estar en la Ping Junior Solheim, subiendo los peldaños de forma correcta para llegar a tocar el cielo. Porque para estar en la Champions hay que pasar por diferentes divisiones, y eso es lo que nos está faltando en España.

¿Dónde están esas siete españolas que formaban parte del equipo? ¿Cómo hemos podido pasar de 7 hace 20 años a no tener ninguna? ¿Qué está pasando con el golf femenino español? ¿Es sólo que el resto de países europeos se ha puesto las pilas (que también)? Si no tenemos representantes en estas competiciones es el momento de pararse a recapacitar en qué se puede y debe mejorar para que las españolas vuelvan a ser la entente más temida en el golf mundial. Porque queremos seguir vibrando con el golf femenino como lo hacemos cada semana con Carlota, Azahara, Nuria y demás.

No menospreciemos la Ping Junior Solheim Cup, que la mayoría de las veces pasa sin pena ni gloria. Al igual que nos fijamos en los circuitos “menores”, de donde salen las grandes figuras, debemos mirar al detalle las jugadoras que, tres días antes de la Solheim se batirán en este precioso duelo porque, a buen seguro, la mayoría de ellas levanten la Solheim Cup alguna vez en su vida.  Y echamos de menos a las españolas en los últimos cuatro años…

1 COMENTARIO

  1. Buena reflexión, no se que pasa con las chicas y el golf, hay menos cada vez, son peores que los chicos, sinceramente no lo se, pero si vemos los handicaps de corte para campeonatos España SUB 16, o SUB 18, la diferencia por categorías es abismal. En cualquier caso te apunto un nombre para la próxima edición, Anna Cañado.

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