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Las inquietudes de Tiger’2009

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Por David Durán

Tiger Woods siempre se las arregla para quedar por encima del resto…

Y para hacerlo de un modo claro, conciso y concreto. Tiene talento como el que más, sino el que más, trabaja como el que más, sino el que más, y su instinto competitivo está a la altura de los mejores, si es que no es el mejor.

Pero es casi obligatorio preguntarse si este Tiger es el mismo que era antes de su grave lesión de rodilla. A grandes rasgos, no cabe duda de que sigue siendo aquella máquina de fabricar opciones de triunfo final en cualquier campo y ante cualquier rival. Ahí está su habitual puñado de victorias durante el ejercicio para demostrarlo, además de unos cuantos top-10, top-5 y top-3 más en las grandes citas. Sin embargo…

Sin embargo, este impepinable líder y Número Uno del mundo no debe estar completamente satisfecho. No lo olvidemos: Woods es el primer y más exigente crítico que tiene Tiger. Y hay por ahí algunos nubarrones inquietantes, que incluso podemos ver o intuir cualquiera de nosotros… A saber:

– Tiger nunca ha ganado un ‘major’ viniendo desde atrás, y este año no ha sido distinto. Tuvo sus opciones el domingo en Augusta y en Bethpage (Open USA) y sus intentos de asalto a la cabeza defraudaron completamente, hasta el punto de que, en esta parcela, no sólo no ha habido evolución, sino en todo caso una regresión.

– Pero lo chocante, lo verdaderamente inquietante, ocurrió en Turnberry y en Hazeltine. En el British perdió el corte por primera vez en un ‘major’ sin que aparentemente hubiera razones de peso extradeportivas que justificaran el batacazo (tampoco pasó el corte en el Open USA 2006, pero su padre estaba entre la vida y la muerte justo en aquellos momentos). Y en el PGA dejaba escapar por primera vez un ‘major’ saliendo como líder el domingo. ¿Son meras casualidades o accidentes puntuales?

A vista de pájaro, de un modo muy general, cualquiera que haya seguido a Tiger mínimamente este año, coincide en que su juego ha ganado en seguridad y precisión desde el tee. Coge más calles. Casi se comprobó desde su reaparición en el Accenture. Las estadísticas, además, corroboran esta sensación, pues son tumbativas: su porcentaje de calles cogidas (64 por ciento) supera en varios puntos al registrado años atrás; este año se ha metido entre los 80 mejores en este apartado, cuando años atrás le costaba meterse entre los 120 mejores… En otras circunstancias, esta variante nos hubiera hecho pensar incluso en el ‘Grand Slam’. Sin embargo…

Sin embargo, 2009 nos ha mostrado de un modo intermitente, pero suficientemente continuado, algo inesperado: la imagen de un Woods de carne y hueso en los greenes, errando putts decisivos, alguno de ellos realmente corto… Supongo (sólo lo puedo suponer) que no se debe a un error técnico, en cuyo caso sólo podría tratarse de una evidente pérdida de confianza. Quizá hayamos visto este año al Tiger más ‘humano’ en los greenes que se recuerde. Yo no le encuentro una explicación lógica, pero la cabeza es un mundo aparte.

Las estadísticas tampoco mienten en este sentido (años atrás, rara vez su registro en la media de putts se situaba por debajo del puesto 5º, y este año se ha ido al 17º…), pero en este caso hay que ir más allá de los números. Porque fuera cual fuera su media, él raramente perdía las riendas o el control en los putts decisivos de las citas decisivas. Este año sí se le ha visto dudar más de lo habitual.

Sus números con los hierros de calle también han sido peores. Es curioso: ha cogido más calles que nunca y no ha disparado su registro de greenes en regulación (68,4 por ciento, el peor de los últimos cinco años). Pero al menos yo guardo la sensación de que en los momentos decisivos sí que ha respondido moderadamente bien desde el fairway…

Va a resultar absolutamente apasionante comprobar si en 2010 se mantiene esta tendencia (siempre hablando en unos niveles de excelencia superlativos, no lo olvidemos…). Insisto, si mantiene el registro de calles cogidas, sin duda estaremos más cerca que nunca del Grand Slam de Tiger (el British, además, se juega en St. Andrews, único links, junto al Royal Liverpool, que él ha sido capaz de domar a placer). Pero ¿qué me dicen de ese virus que ha ‘cogido’ su putter? Este año, no cabe duda, este palo no ha sido la varita mágica de antaño.

La experiencia dice que, hasta la fecha, Tiger suele transformar sus inquietudes en certezas rotundas.Y sinceramente, pienso que asi será, porque nadie tiene su capacidad de trabajo y, sobre todo, de análisis. Estamos deseando comprobarlo quienes, como yo, admiramos profundamente a este jugador, pero deseamos con fervor que el resto de competidores (o sus propias inseguridades) se lo pongan un poco más complicado.