Segunda jornada en el Peugeot Alps Tour de Barcelona. He hecho 73 golpes y he pasado el corte con un total de -2…
Aunque suene un poco raro, la verdad es que tampoco he jugado tan diferente al día de ayer, pese a que es evidente que el resultado no tiene nada que ver.
He empezado por el hoyo 17 y he fallado un putt de un metro más o menos para birdie. A lo mejor esa ha sido la principal diferencia, que no he pateado muy bien. El gran problema de la vuelta ha estado en el hoyo 4, mi seis. Que he pegado un ‘hookazo’ de salida a la izquierda y he acabado con dos sapos con el bláster en las manos. Total, un ‘7’, triple bogey, muy duro. Y para acabar en el hoyo 16, también he hecho tres putts que me han dolido.
Si os soy sincero creo que no he jugado para hacer tres más en el día. Ya sabéis, hay muchas maneras de hacer tres más en el día, pero yo creo que jugado mejor de lo que refleja el resultado. El corte ha acabado en -1 y lo cierto es que en ningún momento he pensado en si pasaba o no. Y tampoco me he puesto nervioso por ello. Creo que era porque sentía que estaba jugando bien.
Siempre que salgo a jugar al golf me acuerdo de mi padre. Ayer me acordé mucho y hoy también. Bueno, en realidad, siempre me acuerdo de él y un poco más cuando juego al golf. Estoy seguro que lo ha visto allá donde esté y estoy convencido de que está muy contento por la vuelta de ayer, pero a lo mejor lo está aún más por la de hoy, porque cuando salíamos a jugar juntos, él siempre me decía que las vueltas hay que lucharlas pase lo que pase en el campo. Porque ya sabemos cómo es el golf, que a veces es muy ingrato. Así que yo creo que estará muy orgulloso de ver cómo me he comportado después de ese triple bogey que os he contado.
Mañana más, juego con Nacho Feliú y ya os contaré.
Pd: Como anécdota, la novia de Pablo Larrazábal, Gala, nos ha confirmado a él y a mí, a mitad de vuelta, que el nuevo entrenador del Barcelona es Tito Vilanova. Respeto mucho la decisión de Pep y creo que el nuevo entrenador lo puede hacer muy bien.
