Por David Durán
Esta edición del Seve Trophy no era una edición cualquiera…
No es un comentario oportunista y lacrimógeno. Sencillamente, no era una edición cualquiera y no es tan complicado entender por qué.
Que Luke Donald y Robert Karlsson no estén hay que comprenderlo, más allá de cualquier consideración. El tercer torneo del play off de la FedEX, que coincide con la disputa del Seve Trophy, es un compromiso profesional poco menos que irrenunciable. Lo mismo podríamos decir de Sergio si se hubiera metido en el equipo Continental.
Tampoco vamos a escandalizarnos ahora por la renuncia de otros grandes nombres. A saber: Kaymer, McIlroy y McDowell. Todos son excelentes profesionales. De hecho, los tres son también espléndidos modelos de deportistas.
Pero hubiera sido fantástico contar con el gesto de su presencia. Que no todo fuera planificación y frío calendario. Menos bla- bla-bla y más acción. Ruido y nueces. No era una edición cualquiera y no es tan complicado entender por qué…
El Número 2 del mundo, Lee Westwood, sí que le ha encontrado un hueco a la cita. Sí que ha atendido al discreto llamamiento que hizo José María Olazábal. Situamos al inglés el primero en esta lista de reconocimiento y agradecimiento precisamente porque es el Número 2 del mundo. Pero no vamos a olvidarnos de Jiménez, de Quirós, de Larrazábal… Los tres españoles clasificados que por supuesto estarán allí. Ni tampoco de Thomas Bjorn, Ian Poulter, Francesco Molinari, Matteo Manassero, Anders Hansen, Peter Hanson o Darren Clarke. Obras son amores.
