Carlos Carbajosa,
Redactor de deportes de El Mundo especializado en golf
¡Vaya tela con el golf! Cualquier persona que no haya jugado nunca lo tiene clarísimo respecto a este juego: sólo se trata de pegar hacia adelante a una bolita con un palo. ¿Y para eso tanta historia?…
El mismísimo Bobby Jones, probablemente uno de los dos o tres mejores jugadores de todos los tiempos, no ayudó mucho a elevar el concepto de ésta nuestra pasión: "¡Vaya fama que he adquirido por el intrascendente arte de golpear a una bola!". Lo cierto es que no hay otro deporte como el golf que pueda jugarse desde que se empieza a andar hasta que casi no se puede más. No se necesita ser atlético, ni joven, ni ágil, ni resistente. Simplificando, se trata de golpear una bola quieta y partiendo desde una posición también estacionaria.
!Sencillísimo! La realidad explica de forma contundente que el golf es el deporte más puñetero que existe. Y sin embargo, se trata del más reconfortante. Pocas acciones, sucesos o experiencias son más complicadas de explicar el hecho de dar un buen golpe; de esos que mandas la bola lejos, lejos, o alta, muy alta… Y cae allí donde tú imaginabas. El día es distinto a partir de ese momento. A lo largo de la historia, los grandes golfistas han intentado resumir como han podido en una frase qué era para ellos el golf. Estas son algunas muestras que rescato para este rincón verde de la Red: "El golf es engañosamente simple, complicado sin límites" (Arnold Palmer). "Una vuelta de golf está llena de triunfos inesperados y de golpes sencillos que se convierten en pequeños desastres" (Tom Watson). "Es casi una ciencia, pero un rompecabezas" (José María Olazábal). "Requiere total concentración y total relajación. Es un misterio" (Severiano Ballesteros). "Es satisfactorio para el alma y frustrante para la cabeza" (Sam Snead). "Es el juego más fascinante que ha inventado la humanidad" (Gary Player). Tal vez, la definición más acertada la dio un hombre extraordinario que jamás se atrevió a coger un palo, Oscar Wilde: "No se me ocurre una manera más complicada de estropear un bonito paseo por el campo". Los humanos no somos casi nada, pero en mi caso, mucho menos con un palo de golf en las manos. Pese a ello, lo seguiré intentando, no vaya a ser que algún día mande la bola donde quiero.Con una vez, me basta.