Por Alejandro Rodríguez
Se hace difícil imaginar el golf femenino de alta competición sin Lorena Ochoa. Habrá que ver, por otro lado, si esta retirada es definitiva por los siglos de los siglos, o bien sólo se trata de una larga ‘parada y fonda’ en su carrera…
Me dará especial rabia su ausencia por ser quién es, por supuesto, pero sobre todo por ser como es. Una Número Uno tan cercana, tan normal, tan natural…
Además, al golf latinoamericano no le sobran locomotoras y la presencia y acción de jugadores como Cabrera, Villegas y Ochoa suponen un constante reclamo y promoción del golf por aquellos lares.
En todo caso, esta mujer siempre ha sido, entre otras cosas, un modelo de coherencia. Seguramente, bien podría haberse dejado llevar, silbando y mirando hacia otro lado, para juntar así un buen puñado de dólares más, entre medias verdades ante sus espónsores y seguidores. Sus razones tendrá y no voy a ser yo quien ponga en tela de juicio su decisión. Me limito a ‘sufrirla’ con respeto y pena.
