Inicio Blogs Firma Invitada Schwartzel y Hearmon, un cocktail que vale el Masters

Schwartzel y Hearmon, un cocktail que vale el Masters

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Por Pablo Aparicio, caddie de Rafa Cabrera Bello.

Tocó la bolsa de Sergio García y la de Retief Goosen…

Aunque siempre fue considerado por todos como el caddie de Txomin Hospital, ya que fue con quien se dio a conocer en Europa a mediados de los 90. Por largo tiempo asistió al histórico jugador catalán…

No terminó bien la década para Greg, que sufrió un tumor en los testículos que hizo a todo el TOUR incluso temer por su vida. Afortunadamente lo superó y volvió a los campos, para gran alegría de todos. Siempre ha sido considerado de los más finos. Infatigable y trabajador. Y con una capacidad suprema para resistir la presión y que pareciera que estaba relajado tomando un café. Oficio se llama eso. Estudiada la voz, baja, lenta y calmada, muy necesaria para ser jockey de puras sangres del golf, como son los que han sido sus patrones.

Tras su larga trayectoria, Greg estaba libre buscando tránsito a mejor suerte en enero de 2011, justo cuando diez de los mejores caddies de Sudáfrica se despellejaban por la bolsa de Schwartzel (por detrás de esos diez ninguno se atrevía siquiera a dirigirse al jugador…). Yo creo que todos menos Zach Rasego, inamovible de la bolsa de Oosthuizen, pujaban por agradar a Charl y cerrar un trato bueno para ambas partes. Run-run de vestuarios, bla bla, y todo lo que sabes u otros saben de ti para ser titular en semejante bolsón. Y sabiendo todos que al que eligiera Charl lo podía poner "rico podrido" en pocos meses por la vía de la catapulta. Además resulta que es una buena persona, su carácter es así, bonancible…

Solo designó esta batalla por los palos un ganador y este fue GREG HEARMON.
Schwartzel ganó ayer el Masters. Ya había ganado en Sudáfrica en esta misma temporada, diferente división de torneo, eso está claro. Siete victorias con ésta y solo en tres naciones: Estados Unidos, ahora, su Sudáfrica natal… Y nuestra España, por dos veces en 2007 y 2008.

Este era sólo su segundo Masters jugado. Terminó 30º en 2010 y ha ganado en su segunda participación, pruebas inequívocas de su clase mundial. También lo fueron sus golpes de los hoyos 1 y 3, que acabaron en la cazuela. Imposible el del 1 desde la derecha de green y prodigioso hierro en el 3 para hacer 2 en ese par 4. Daban muestra tempranera de que era su día, 'EL DÍA DE SU VIDA'. Nunca lo olvidará. Y probablemente a estas horas no sabe aún lo que ha hecho, porque tiene el ruido de los flashes en los tímpanos y no se ha mirado a solas al espejo…

Siempre dije que Schwartzel era la reencarnación de MIKE WEIR jugando a diestras, el mismo tipo, la misma contundencia, el putt hirviendo, la seriedad y lo ordenadito de su juego y de sus vidas. Lástima que Weir se encuentre en el ocaso, del que deseo que salga, si puede, porque hoy ve la vida justo al revés que el sudafricano…

El golf es simétrico y en ocasiones te puede vestido de verde, o vestido de calle los viernes por la tarde y pensando que qué he hecho yo para merecer esto. “El sueño de la razón produce monstruos”, dijo mi paisano FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES, y a veces se hace difícil continuar trabajando. Pero cuando ves algo como lo de ayer, la motivación empieza a hacer alpinismo. Como siempre, el MASTERS apaliza a noventa de los 99 que juegan, consuela a seis, da un gran cheque a tres y la gloria eterna a uno. Pero todos terminan exhaustos.