Bien poco puede reprocharse Sergio García sobre lo que haya hecho o dejado de hacer esta semana en Qatar…
Bien poco le puede reprochar nadie. Su estreno en 2013 ha rozado la victoria y, sobre todo, ha dejado largos momentos de excelencia.
El jugador español no ha ganado, pero es muy probable que haya sido el más brillante de tee a green en numerosas fases del torneo (con el riesgo que siempre se corre al realizar este tipo de aseveraciones, cuando se está realizando un análisis sobre una larga lista de acciones que se desarrollan diseminadas a lo largo y ancho de un puñado de hectáreas…).
Se le ha visto en control hasta en los peores momentos, aunque no han sido tantos, es cierto (cuatro bogeys en 72 hoyos).
Se le ha visto pateando con enorme intención y temple.
Se le ha visto disfrutando y dibujando todo tipo de golpes desde el fairway. Ahora pego para que bote y llegue, ahora le doy para que bote y frene…
El domingo le ha fallado el drive, quizá su mejor arma, pero ha encontrado la manera de hacer resultado igualmente.
Probablemente, como casi siempre que se trata de golf, la actitud ante el juego termina por ser la madre del cordero. Y la realidad de Sergio García en estos momentos nos muestra una cabeza que rige a las mil maravillas y en las revoluciones justas y necesarias.
Nos muestra a un profesional que se siente dueño de su carrera y seguro de sí mismo.
Nos enseña a alguien que no anda buscando pajitas en el empedrado que le sirvan como excusa…
Ernie Els avisó sorprendentemente a comienzos de la semana. Daba a Sergio como claro favorito. Algo había visto el gran sudafricano en el de Borriol a finales de 2012 en Malasia. Algo sospechaba. Al respecto, suele haber unanimidad en los corrillos de jugadores. Si el español estás medio bien, hay que contar con él. Y luego ya se verá si es capaz de mantener a raya a sus fantasmas, a sus demonios. En Qatar así ha sido, pero ni siquiera de este modo puede uno asegurarse nada.
La semana que viene García juega en Dubai y no queda más remedio que situarle en la primera línea de los favoritos. Esa abierta sonrisa en mitad de la calle del 18 del Doha Golf Club, en cuarta jornada y jugándose el torneo, obligan a hacerlo…
