Por Gonzalo Fernández Castaño, profesional de golf y tres veces ganador en torneos del circuito europeo
Cómo nos ha hecho vibrar Sergio, cómo se ha recuperado con orgullo y tenacidad después de unos primeros ocho hoyos complicados. Para mi, y estoy seguro que para todo el que ama y entiende el golf, sigue siendo un grande. No hablo por hablar, ni por intentar consolarle, cuando digo que ésta será una de tantas oportunidades que va a tener de cazar un grande. Lo de este Open en Carnoustie ha sido un paso más hacia delante, un escalón más hacia arriba. A Sergio le conozco hace mucho, es amigo mío, y hoy hasta me ha emocionado ver ese toro impreso en su bola…
Debe pasar página cuanto antes y tratar de entender con la cabeza fría que hoy ha aprendido mucho y que esta experiencia será clave en citas venideras.
Cómo sufrí viendo su putt en el hoyo 18. El que le valía a Sergio la victoria, no el del desempate. Ha sido el putt más largo de mi vida, más incluso que los que yo he tirado para ganar algún torneo. He dado un salto en el sofá, porque desde que vi salir la bola pensé que estaba dentro… Después no caía, no caía, y cuando al fin cayó de izquierda a derecha ligeramente ya la vi dentro… Se me ha quedado una cara como la de Sergio. O peor.
Hay que estar ahí. Mañana tendremos que escuchar algunas tonterías de gente que habla gratuitamente y con mala leche. Pero hay que estar ahí. Yo, por ejemplo ¿cómo no voy a entender a Sergio, si me puse nervioso a cuatro hoyos del final en la previa de clasificación para este Open y acabé con doble bogey, bogey, par y par? Y esto era una última jornada de un Open, no una previa… No salió bien, algo nervioso, pero cuando la cosa se puso fea supo reaccionar y eso hay que valorarlo. Con el putter ha ido de menos a más. Le hemos visto algunos putts algo deficientes, pero todos los del final han sido buenos. Ha tocado cuatro veces los bordes…
No sería de buen deportista no hablar de Harrington. Sombrerazo para el irlandés. Ha hecho una vuelta magnífica hasta el hoyo 18. Y después de irse dos veces al agua, para mi la clave del torneo ha estado en el ‘approach’ y putt que ha hecho después, porque un triple bogey sí que le habría dado el torneo a Sergio, que venía por detrás viéndolo y hubiera podido planificar el modo de jugar el hoyo de otro modo…
Y no podemos tampoco dejar de hablar de Andrés Romero, un gran amigo mío del circuito europeo y un maravilloso ‘inconsciente’ del golf que va a por todas las banderas sin importarle nada. Hacer diez birdies en Carnoustie en la última jornada del Open es algo muy serio. Quizá podía haber sido más conservador en el 17, después de irse al rough de salida… Pero él es así y, repito, hay que estar ahí.
Lo dicho: mi más sincera enhorabuena para Sergio. Ya sabes, a por el siguiente, que te quedan muchos por ganar. En realidad, el golf español ha salido fuerte de Carnoustie, porque Miguel Ángel Jiménez también ha dejado muy alto el pabellón. Qué grande eres, Miguel.
