Por David Blanco, Profesor de la Escuela Pública de Golf La Cartuja
Vamos a repasar unas nociones básicas y muy importantes en la alineación y colocación. Un fallo muy común es el de apuntar al objetivo con el cuerpo, en lugar de hacerlo con la cara del palo.
Algo tan sencillo como eso: si ponemos nuestro cuerpo en línea con el objetivo, estamos pasando por alto que la bola se encuentra a un metro aproximadamente de nosotros, luego difícilmente la bola saldrá en dirección al objetivo, sino más bien por una línea paralela, a la derecha del objetivo (en el caso de un jugador diestro).
Hay que apuntar al objetivo con la cara del palo. Puede ayudarnos un sencillo ejercicio que realizan mucho los profesionales: practicar con un palo en los pies, paralelo a la línea que trazará la cabeza del palo, apuntando con ésta a un objetivo concreto en el campo de prácticas.
En la alineación y colocación es muy importante la postura. El cuerpo erguido, ligeramente inclinado hacia adelante; las rodillas ligeramente flexionadas; y tener la sensación clara de repartir el peso del cuerpo sobre las plantas de los pies, enteras, no sobre la punta o sobre los talones (el peso sobre los talones en un error muy común).
Aquí va un truco para saber si nuestra postura es correcta: nos situamos ante la bola tal y como lo haríamos para disponernos a golpearla. Mantenemos la postura y colocamos el palo en el hombro derecho, sujetándolo con la mano izquierda, suspendido hacia el suelo y cayendo junto a nuestro pectoral derecho; pues bien, el palo debe rozar el plano frontal de la rótula de la rodilla derecha, y la prolongación de esa línea debería atravesar el pie justo por el medio de la planta, no por la punta o cercana al talón.