Por Juanje Quirós, redactor de Canal Sur Radio
Volvo Masters: un gran evento en el que se tiene que ir a disfrutar del golf. Por lo menos así lo vemos los miles de aficionados que acuden año tras año a la prueba final del European Tour. Bueno todos no, casi todos…
Hay que resaltar, de antemano, el comportamiento ejemplar de los cientos y cientos de aficionados que han llenado con sus aplausos y sus alabanzas a los intrépidos 55 golfístas que han luchado contra un levante infernal, unos greenes rapidísimos y un rough incontrolable.
Enhorabuena para todos ellos por que han sido testigos de GOLF con mayúsculas. No se han visto muchos birdies pero sí han visto golpes imposibles ante situaciones límites.
A lo que iba mi columna de hoy. No me parece nada correcto la decisión de algunos llamados 'aficionados', que se esconden entre la multitud, y cuyo único objetivo es incordiar, molestar o descalificar a los jugadores.
Me explico. Cada persona puede tener tantos prejuicios o comentarios sobre los distintos jugadores como quiera. Lo que no es correcto es hacérselos llegar a estos jugadores en mitad de una jornada de juego y a voz en grito.
Calificativos como “niñato, no sabeís jugar a esto o dedicaos a otra cosa” no entran dentro del manual del buen aficionado a este deporte. Hacia esos va mi crítica. Hacia esas mismas personas que te reflejan que al pagar su entrada tienen derecho a hacer y decir lo que les plazca.
Eso no es Golf. Esto es un deporte de caballeros y aquí las descalificaciones y los insultos durante una vuelta no deben, ni pueden, entrar en escena. Digo esto desde el mayor de los respetos al resto de aficionados que han hecho de este Volvo Masters Andalucía un GRAN TORNEO con mayúsculas.
Gracias a todos por apoyar este magnífico deporte porque al final el comportamiento correcto prevalecerá sobre los distintos 'hooligans' que intentan hacerse notar en los distintos torneos.
No hay que olvidar que los profesionales que participan en este y en otros torneos ganarán más o menos euros según la clasificación que ocupen al final de la prueba, digo esto porque hay que entender que ninguno de ellos son máquinas carentes de sentimientos como podemos tener usted que lee esto o yo que lo escribo.
A todos nos afectan distintas situaciones que pueden hacernos mejorar en nuestro trabajo o apagarnos cual pila duracel gastada. Y los profesionales no son menos.
El haber pegado un mal golpe, fallado un drive o una corbata en un putt va sumando en un vaso que en cualquier momento puede llegar a rebosar. Y con esta explicación llego a un ejemplo claro ocurrido en la jornada dominical del Volvo Masters Andalucía.
Hoyo 16, Sergio García se encara con un espectador diciéndole “pues ven tú y coge los palos”, una acción entendible por el mal resultado que llevaba hasta ese momento, pero en absoluto plausible.
Ahora bien, la pregunta es, ¿Sabemos lo que ese espectador le dijo al jugador? ¿Cuántos hoyos llevaba ese espectador incordiando la labor del jugador castellonense? ¿Quién era ese espectador? ¿Por qué justo después de sacar de quicio a García el espectador desapareció entre la multitud?
Con esto quiero decir que todas las situaciones tienen varias versiones y lo que no puede ser es que el culpable siempre sea el jugador. Hay un refrán en Andalucía que dice “cría fama y túmbate a dormir”. Todos tenemos derecho a equivocarnos y rectificar es de sabios, pero eso ya lo ha hecho Sergio García al admitir su error en el hoyo 10 y pedir perdón por su comportamiento.
Pero mi pregunta es ¿Es que nadie ve los 15 minutos que estuvo firmando y haciéndose fotos Sergio con los aficionados que así lo solicitaron después de un mal resultado?
Pregúntele a cuantos niños que rodeaban el green del 18 Sergio les facilitó un guante, una bola o un obsequio, créanme que fueron muchos los que salieron con su pequeño trofeo. Pero esa imagen, desafortunadamente, sólo la vieron algunos.
No obstante, ya saben, disfruten de este magnífico deporte, embelésense con los grandes jugadores con los que podemos disfrutar en nuestro país y ustedes, que son buenos aficionados, reprochen la actitud nociva que enturbia la imagen de una afición española que siempre se ha catalogado como de las más entendidas y ecuánimes del panorama golfístico internacional.
