Por David Durán
Phil Mickelson ha asegurado que el retorno triunfador de Tiger es cuestión de muy poco tiempo y de dos o tres detalles…
Lo ha dicho después de jugar junto a él el pasado domingo. A Phil le gustó lo que vio, el swing de Woods.
No es el primero. En Abu Dhabi era comentario general entre los profesionales que el swing de Tiger era el mejor que le habían visto nunca. Y nos referimos a comentarios de puertas de vestuario hacia adentro, no en sala de prensa y con la diplomacia por bandera. El swing más equilibrado y consistente que nunca le habían visto…
Es curioso. Durante la tirana dictadura de Woods muy poco importaba a nadie la consistencia de su swing. Sencillamente, era un portento competitivo. Y un 'animal' en los greenes.
Confieso mi absoluta incapacidad para discernir según qué cuestiones de un swing de golf. Pero es que además sospecho que la consistencia y el equilibrio actuales del swing de Tiger nada van a tener que ver con su regreso a la senda victoriosa.
Es mucho más sencillo. Pero mucho más. Sabremos que Tiger ha vuelto cuando un domingo, con el torneo que sea en juego, comience a embocar aquellos putts que embocaba: uno delicadísimo desde dos metros para par, aquel otro de birdie desde seis metros… A día de hoy no lo consigue, o no al menos todos los días, y mucho menos todos los domingos. Aquella capacidad, mostrada y repetida hasta la saciedad, era realmente lo que le diferenciaba del resto.
