Inicio Blogs Golpe a golpe De ilusión también se muere

De ilusión también se muere

Compartir
Jon Rahm, durante la segunda ronda del Open Championship.
Jon Rahm, durante la segunda ronda del Open Championship.

Repitan conmigo: ocho golpes en dos días, ocho golpes en dos días, ocho golpes en dos días. No es un mantra tibetano, sino la frase a la que tenemos que agarrarnos en este Open Championship que se disputa en Carnoustie. Como ya habrán adivinado, describe la situación actual de Rafa Cabrera Bello y la distancia que lo separa de los líderes actuales, los estadounidenses Zach Johnson y Kevin Kisner, dos golfistas sosos pero eficaces. Pero el golf no es un concurso de popularidad, así que Johnson y Kisner ocupan merecidamente esa plaza, y este segundo podría estar incluso más lejos si no llega a toparse con la temida zanja del hoyo 18.

Qué quieren que les diga: sigo tocado después de la jornada de ayer.

Qué quieren que les diga: sigo tocado después de la jornada de ayer. Fue duro ver cómo se desbarataba la vuelta de Jon Rahm en tres hoyos; fue duro ver remar infructuosamente a Sergio García hasta el final, y más duro aún escucharle en la minimalista y tensa rueda de prensa que concedió en el campo; fue duro perder también a Jorge Campillo, aunque no mucho más se le puede exigir en su primer major. En año de Ryder, y pese a que llevamos unos meses ufanándonos de los cinco españoles que figuran entre los 80 mejores del ranking mundial, nos empiezan a crecer los enanos (perdón, los sujetos que presentan diversidad vertical). Hay margen, cada vez menos, para encarrilar la situación, pero la Ryder de París puede ponerse cara en un año en que los europeos, salvo excepciones contadas, no están dando una imagen de excesiva solidez. Ahora mismo es complicado hacerse ilusiones, y más después del varapalo de la segunda jornada en un Carnoustie duro pero noble, y más equitativo de lo que suele ser habitual.

 Sergio García, ayer en el hoyo 16. © Golffile | Eoin Clarke
Sergio García, ayer en el hoyo 16. © Golffile | Eoin Clarke

En año de Ryder, y pese a que llevamos unos meses ufanándonos de los cinco españoles que figuran entre los 80 mejores del ranking mundial, nos empiezan a crecer los enanos

Hablando de europeos, de momento las esperanzas del Viejo Continente se centran en Tommy Fleetwood, de momento capaz de trasladar sus buenos resultados de la «pachanga» del Dunhill Links al escenario de un grande en Carnoustie, y Rory McIlroy, mejor amateur en la edición de 2007 que se disputó en este mismo campo. El norirlandés fue capaz de variar su plan de juego inicial y rebajar una pizca su agresividad desde el tee para adaptarse a las condiciones cambiantes del campo, una estrategia que, esta vez, sí le sirvió. Su paciencia le permite ser el único miembro del top ten global ubicado entre los diez mejores de este Open Championship, aunque apenas a un golpe tiene a Jordan Spieth y Rickie Fowler, amigos y residentes en Dallas y Florida, respectivamente. No jugarán el fin de semana los dos primeros jugadores del ranking mundial, Dustin Johnson y Justin Thomas, ni tampoco Hideki Matsuyama, Bubba Watson o Ian Poulter, entre otros. Todos ellos tendrán que esperar un año más, como mínimo, para pelear por la jarra de clarete.

Los líderes son otros, pero la emoción la ha puesto Spieth…

Además de seguir atentos la trayectoria de Rafa Cabrera Bello, no puedo dejar de mencionar a los veteranos de oro, Tiger Woods y Phil Mickelson, situados en un discreto segundo plano pero acaparando miradas y espectadores. Tienen casi una treintena de jugadores por delante, pero nadie se atreve a descartarlos, ni siquiera en esta versión de Carnoustie, algo más mansa de lo habitual y alejada del “Car-nasty” que hemos visto en otros años y que algunos jugadores (ayudados por sus patrocinadores de calzado) han tratado de exorcizar poniéndose ese apodo en las suelas de sus zapatos y zapatillas.

¿Saben ustedes que entre los secundarios cualificados que aspiran al título hay tres de ellos, de tres países distintos, que tienen nombre de conquistador y que son tocayos, aunque con distintas grafías?

Xander Schauffele. © Golffile | Eoin Clarke
Xander Schauffele. © Golffile | Eoin Clarke

Hablando de apodos y nombres, les propongo un jueguecito: ¿saben ustedes que entre los secundarios cualificados que aspiran al título hay tres de ellos, de tres países distintos, que tienen nombre de conquistador y que son tocayos, aunque con distintas grafías? La solución no es muy complicada y seguro que de un vistazo tendrán localizados al estadounidense Xander Schauffele, una de las revelaciones de último año, y al sudafricano Zander Lombard… a quienes hay que sumar al sueco Alex Noren, ya que Xander, o Zander, es un hipocorístico (una forma abreviada, vamos) de Alexander.

Rahm falla el corte, muy tocado por un problema ajeno al golf

Y después de esta aportación pedante y gratuita me voy a llorar a un rincón por las marchas de Jon Rahm, Sergio García y Jorge Campillo. Mañana más.