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José Sintes deslumbra en este inicio de año al ganar dos torneos en una semana con 16 años

Una charla con el jugador amateur de moda

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José Sintes
José Sintes golpea la bola en un torneo. | © Ten Golf

Lo que bien empieza… Al refranero español, y obviamente al duro trabajo diario, se debe agarrar José Sintes para aspirar a disfrutar de un 2023 radiante. Nacido en 2006, su inicio de año ha sido, es, fulgurante, como para no perderle la pista a este chico canario que se ha ganado con derecho propio una beca desde el pasado diciembre en la Blume de Madrid.

No es una exageración los siete días de ensueño que ha vivido el jugador de Las Palmas, y eso que el final de 2022 no fue el deseado. ¡Cómo han cambiado las tornas en pocos meses! Sintes, como lo suelen llamar a pesar de que su mellizo, Iñaki (tercero en el puntuable nacional del año pasado), y su hermana Minerva también juegan al golf, ya venía desde que era un mico demostrando sus habilidades con el triunfo en un Campeonato de España y el pasado mayo en un puntuable nacional cadete, logros que lo han ayudado para domeñar la tensión y adjudicarse en la primera semana de enero el Memorial Juvenil Javier Cortezo, en su club, el RCG de Las Palmas, y en la segunda la Copa de Andalucía, disputada en el malagueño campo de Guadalhorce.

Puso una pica en Flandes en esa primera cita al batir en el estreno el récord del campo con un espectacular 61 (-11). «Me salió el día. Empecé jugando muy agresivo desde el 1, encima no hice bogeys y terminé muy bien con una racha de birdie-birdie-eagle para redondear la vuelta», señala el prometedor jugador que comparte club con Rafa Cabrera Bello, por quien la familia Sintes tiene una especial predilección, como cuenta el padre, Iñaki: «Rafa siempre se ha portado con nosotros de forma espectacular. En 2021, invitó a mi hijo Iñaki a ver el Dubai Desert Classic por haber ganado su circuito. El año pasado también venció Iñaki pero le dijo a Rafa si podía ir José. No hubo problemas y allí se fue también con su madre y todos los gastos pagados. Rafa es una gran persona, se para por el campo para hablar con los chavales e incluso se molestó en escribirle una carta muy cariñosa a mi hijo José. Le estamos muy agradecidos por todo lo que hace por los jóvenes», aplaude el padre.

Siempre hay que aprovechar la buena onda y Sintes sólo siete días después se daba otra alegría al imponerse en la Copa de Andalucía, puntuable para el ranking mundial amateur, y con algunos de los mejores amateurs nacionales en liza presentes, como su coetáneo Jorge Siyuan Hao (un golfista con una proyección espectacular que ocupa el puesto 127 del ranking mundial amateur) o Javier Barcos (154), quien protagonizó un ataque brutal en la ronda final el pasado jueves que hizo peligrar la victoria de Sintes. «Jugué muy sólido durante todo el torneo, tuve pocas rachas malas, y Barcos empezó muy fuerte el último día y puso la cosa tensa. En el 17 hicimos doble bogey los dos, mandamos la bola al agua, y en el 18 salimos empatados, yo hice par y él bogey. Al final pude mantener la presión y ganar», asegura José, uno de los competidores más jóvenes de esta competición.

Echa unas risas cuando se le hace la comparación con Francesco Molinari por su tino con los hierros: «Igual no soy tan preciso como él». Pero es cierto que ha mejorado una barbaridad con estos palos y todo tiene su porqué: «Últimamente, estoy teniendo un juego muy consistente, muy sólido, fallando poco, y estoy pegando muy bien a los hierros, he estado trabajando estas Navidades una hora de fade, consigo dar golpes bastante repetitivos y saco bastante greenes», celebra Sintes, que se siente comodísimo con los hierros 8 y 9 en distancias de 150 metros. Con el driver, avisa, siempre ha ido largo y recto, unos 270 metros, y a final de año se le atascó el putter, aunque en los dos últimos torneos le ha funcionado a la perfección. Sintes entiende que cuenta con bastante margen de mejora con todos los palos, pero pone especial énfasis en progresar con el putt y con los approach de 60-70 metros.

Esta semana pegará un subidón en la clasificación mundial amateur, hoy es el 1.566, pero ni le preocupa ni ha calculado a qué puesto escalará: «Tengo que seguir trabajando en esta línea y concentrado en mi juego día a día», comenta el pupilo de Carl Suneson, ex profesional y su entrenador en Las Palmas antes de marcharse a Madrid. Desde luego, tiene las cosas muy claras con vistas al futuro: «La idea es hacerme profesional. Me gustaría mucho dedicarme a esto, la verdad. Pero queda mucho y hay que continuar entrenando», reflexiona un chico que sabe que su progresión pasará por irse a una universidad americana dentro de año y medio. «Estoy en primero de Bachillerato y me queda otro año aquí. Supongo que me iré allí porque es donde están los mejores, pero por ahora sólo me ha contactado algún coach, nada serio. ¿Lo estudios? Ahí van. Aún no sé qué carrera estudiaré», afirma este admirador de Rory McIlroy, Jordan Spieth y, cómo no, Jon Rahm.

Sintes elogia el enorme talento de su compañero Hao: «Somos los más jóvenes de la categoría sub 18. Me llevo muy bien con él, lo conozco desde hace años ya. Nos hemos visto siempre en torneos. Él es muy bueno, una locura de jugador». En Guadalhorce quedó el canario por delante… «Pocas veces más le he ganado, jajaja». Su calendario inminente pasa por jugar un match octogonal por países en Costa Ballena este mes con Hao, Alejandro Aguilera, Sergio Jiménez, Carlos Abril y Ángel Ayora, y luego competir en la Copa de Barcelona en El Prat. En verano planea acudir al Campeonato de Europa sub 18 y pelear por entrar en el Europeo amateur individual.

A Sintes, culé que dejó el fútbol a los 13 años para dedicarse de lleno al golf, le viene la afición por vía paterna: «Mi padre (Ignacio) jugaba con mi abuelo y no era muy bueno. Cuando teníamos 5 años mi hermano y yo nos llevó a pegar bolas y nos encantó». Curiosamente, José compite con gafas de ver, algo bastante extraño salvo casos como el del mencionado Suneson o el estadounidense Tom Kite, por culpa de la miopía. «Me va bien con las gafas. Hace dos semanas me llegaron unas lentillas pero no estoy del todo cómodo», cuenta. Mientras vea el hoyo como una piscina, casi mejor quedarse con las lentes con montura…