Inicio Blogs La Trastienda de la Fábrica Rousaud y un revulsivo llamado Winged Foot
Eduard Rousaud ha sacado la tarjeta del Alps Tour en la Escuela en Italia

Rousaud y un revulsivo llamado Winged Foot

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Eduard Rousaud. (Darren Carroll/USGA)

Cuántas veces se han logrado grandes vueltas después de empezar con un tropiezo en el 1, y cuantas veces una semana desastrosa ha cambiado el rumbo de una carrera…

Eduard Rousaud, número 6 del mundo amateur, vivió en sus carnes la dureza del U.S. Open hace justo dos meses. Curiosamente lo hizo después arrancar el torneo con un eagle en el 1 –su segundo golpe botó pasado la bandera y con ligero backspin acabó en las profundidades del hoyo-. Aquel 17 de septiembre acabó con 76 golpes, una vuelta de lo más decente teniendo en cuenta las dificultades del campo. El derechazo llegó un día después cuando se fue hasta los 85 golpes. Una semana antes también había sucumbido a la dureza de Valderrama. En el campo gaditano firmó rondas de 83 y 74 golpes.

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Pero Rousaud, un tipo calmado y un gran analista, sacó buenas conclusiones de ambas experiencias. Su voz, unos días después del varapalo, trasmitía tranquilidad y muchas ganas de resarcirse y demostrarse a sí mismo que estaba a un nivel mucho más elevado del que había mostrado en las citas con los profesionales.

Todos los análisis post torneos suenan muy bonitos, sobre todo cuando se habla de la experiencia adquirida, pero luego hay que demostrarlo cuando el toro vuelve al ruedo.

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Y en esas que se presentó Rousaud con una invitación en Sancti Petri. Tercer asalto con los profesionales y un vídeo con el Challenge Tour en el que no ocultaba su sueño de convertirse en el número 1 del mundo.

Y la semana que arranca de nuevo torcida. Cuatro bogeys, un triple bogey y tres birdies le condenaban a los 76 golpes. El barcelonés necesitaba una chispa para cambiar el rumbo. No sabemos si algo cambió, pero la realidad es que después de superar el corte por la campana, el Rousaud arrasador que conocíamos empezó a volar, y a volar muy bajo. Acabó la semana con 66 golpes y se aupó a la quinta posición. Unos días después rubricó esas buenas sensaciones con un cuarto puesto en el mismo escenario.

Sin tiempo para saborear estas dos semanas, puso rumbo a la final del Alps Tour (Golf Nazionale & Terre dei Consoli).

En tierras italianas, Rousaud ha conseguido sus plenos derechos para este circuito satélite. Un circuito que ha ganado este año Jordi García del Moral y en el que Lucas Vacarisas ha finalizado en la segunda posición.

Y la pregunta del millón, ¿cuándo dará el paso al profesionalismo?

Intuimos que no le debe quedar mucho. Este año ha medido mucho sus participaciones amateurs para asegurarse la presencia en el U.S. Open y teniendo en cuenta la deriva e incertidumbre que han tomado los torneos de aficionados –cada vez se suspenden o aplazan más- la idea de dar el salto no parece descabellada.

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El último gran jugador en dar el salto ha sido Andy Ogletree, ganador del U.S. Amateur en 2019 y número 4 del mundo. El estadounidense acabó el pasado Masters de Augusta en el puesto 34 y ayer mismo anunciaba en sus redes sociales el cambio de estatus:

“He estado esperando este momento toda mi vida. Feliz de decir que soy oficialmente un golfista profesional”.