Vuelta al lugar de los hechos. Siempre guardaré un cariño muy especial a la Copa Lalla Meryem. Aquí fue donde jugué mi primer torneo del Ladies European Tour cuando aún era amateur y aquí fue donde me di cuenta de que tenía golf para pelear con las mejores del mundo. Acabé novena y, sobre todo, me lo pasé en grande. Sinceramente, no se me ocurre un torneo mejor que éste para ‘recuperar’ a aquella María.
Obviamente, es una manera de hablar, seguro que me entienden. Soy la misma María de siempre, quizá con más experiencia y un poco más madura, he aprendido muchas cosas en estos dos años, pero siento que quizá también he perdido algo, aunque no sé muy bien cómo explicarlo. Quiero pasármelo bien, disfrutar, dejar que las cosas salgan por sí mismas, y no forzar la máquina ni preocuparme más de la cuenta.
Creo que le estoy pegando tan bien o mejor que cuando era amateur, sin embargo los resultados no terminan de salir
Esto es fácil decirlo y más complicado hacerlo. Pero lo tengo claro. Le estoy pegando a la bola muy bien. Y no es una manera de hablar. Creo que le estoy pegando tan bien o mejor que cuando era amateur, sin embargo los resultados no terminan de salir. El swing en el campo de prácticas funciona de maravilla, pero cuando llego a los torneos da la sensación de que algo de desajusta.
El Estrella Damm Mediterranean Ladies Open retorna a Terramar
Mi equipo de trabajo, con Juan Antonio Marín a la cabeza, me dice que me acelero, y seguro que es así porque ellos me ven desde fuera y sólo quieren lo mejor para mí, pero la verdad es que yo no lo noto, ni me doy cuenta. Intento hacerlo siempre igual, pero obviamente no siempre lo consigo.
Esta aceleración del swing se produce normalmente en los primeros hoyos de los torneos, por lo que hemos pensado que debe ser un tema mental. Yo os prometo que no lo siento, pero puede ser que haya algo ahí en lo más recóndito de mi cabeza que me genera más ansiedad de la cuenta e influye en mi swing. ¿El ansia por conseguir resultados? Puede ser…
Lalla Meryem: una Copa que hay que agarrar por el cuello
Ante la duda, lo que he hecho es ponerme en manos de un profesional. He estado hablando con Óscar del Río, un psicólogo con quien trabajé cuando estaba en los equipos profesionales de la Federación y con el que me encuentro cómoda. Confío mucho en él y estoy segura de que las cosas van a ir mejor. Los días de prácticas en Marruecos han ido fenomenal, así que espero que salga un buen torneo. Sobre todo, sin prisas, poco a poco, sin mirar el resultado ni obsesionarme con los birdies. Des-pa-ci-to.
