Inicio Grandes Circuitos Juan Antonio, ve preparando todo que te vienes a Estados Unidos

Juan Antonio, ve preparando todo que te vienes a Estados Unidos

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María Parra © Instagram
María Parra © Instagram

Llegué a la previa del US Open con muchas ganas y confiada porque sé que estoy jugando bien. Un par de semanas antes le dije a Juan Antonio Marín, mi entrenador, que va a venir conmigo en el US Open: ‘mira Juan Antonio, ve preparando las cosas porque este año vamos a jugar el US Open, así que no te despistes y que no te pille el toro’. Y mira qué bien que se ha dado la cosa…

Una de las claves de la clasificación fue decidir dónde íbamos a jugar, ya que tenía que cuadrar las cosas con los torneos del Symetra. Había una en Nueva Jersey, otra en Dallas y la de Florida. Esas tres eran las que mejor me venían. Había pensado primero en la de Nueva Jersey, pero pensé, buah, allí no que va a hacer un frío que te mueres, me voy a la de Florida. Aunque allí haga calor, yo que soy del Sur, pensé que era lo mejor.

Cuando salieron las listas de la previa, me di cuenta que había un montón de jugadoras del LPGA y me dije, vaya, a ver si al final voy a jugar la más difícil en cuanto a nivel, pero vi que estaba Azahara y me dio un montón de alegría porque la iba a poder ver. Es cierto que por un lado me dio pena que la tuviera que jugar, que era la primera, pero por el otro me apetecía muchísimo verla. Había mucho nivel, pero me lo planteé como un reto, me dije voy a prepararme bien para competir con jugadoras del LPGA.

Azahara Muñoz y María Parra © Instagram
Azahara Muñoz y María Parra © Instagram

Entrené el día antes de la previa y el campo me gustó bastante. Era larguito, pero la verdad es que me entraba por el ojo. Mi objetivo era hacer dos vueltas bajo par. Sabía que haciendo dos vueltas de -2 podía tener mis opciones. Hay que jugar bien, pero no es un resultado imposible.

Azahara estaba jugando detrás mía y terminé bajo par la primera vuelta. Me dije, bien, María, vamos bien, pero no quise ni mirar los resultados. Sólo lo quería mirar cuando acabara 36 hoyos. Cuando entregó Azahara la tarjeta, vino hacia donde yo estaba esperando después de acabar, y me dice: «Chiqui estamos metidas las dos y no creo que nadie se nos vaya a meter por detrás». Me dio una sensación tan, tan buena, clasificarme en Estados Unidos y con ella allí, que fue una de las mejores cosas que me han pasado en el golf. Fue espectacular.