Hola todos, os escribo de vuelta del torneo de Argentina del PGA Tour Latinoamérica. Acabó la temporada. Al menos, acabó lo importante y es momento de analizar. El balance de este año es difícil de explicar. He tenido momentos buenos, pegando bien a la bola, pero me ha costado un mundo trasladarlo al campo. No he sido capaz.
Este año he jugado con mucha tensión interior, presionado, sobre todo dentro del campo. No me notaba así antes de los torneos, pero en el campo sí. Lógicamente, la manera de jugar con esa sensación no ha sido como entreno habitualmente. Esto lo tengo que analizar ahora bien con Joseba del Carmen, mi coach, trabajarlo bien, aprender más de mí, y afrontar el año que viene con las mismas ganas, pero conociéndome más.
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No ha sido un año bueno, pero me lo tomo como aprendizaje. Sigo teniendo una categoría regulera en el Challenge Tour que me dará dos o tres torneos más invitaciones, y después la suerte del Latinoamérica, que he mantenido la tarjeta por apenas 60 dólares. Ha sido lo único positivo de estas dos o tres semanas, entre el batacazo en la segunda fase de la Escuela europea y la tensión del Latino hasta el final… Queda un torneo en Miami, pero no tengo claro si voy a ir. Como no tengo opción a nada, no tengo obligación, así que lo pensaré. Voy a estar estas dos semanas entrenando en casa, descansando y preparando el año que viene. Tengo ganas de empezar otra vez, arreglar los errores de este año y seguir mejorando lo bueno.
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Va a ser un trabajo más psicológico que técnico. Estoy pegando bien a la bola, bien al drive, haciendo un buen swing y voy a hacer una mejora en el putt… Al menos, un cambio. Estoy practicando con el grip de pinza y me han gustado las sensaciones. Voy a darle una oportunidad y si no funciona volveré al clásico. Tengo ganas de probar el método de la pinza y ver cómo se refleja.
Muchísimas gracias a todo el mundo que me ha apoyado este año y que me da fuerzas para el año que viene. Nos vamos hablando durante el invierno con la pretemporada
